La propuesta germana fue entregada por su ministro de RR.EE., Frank-Walter Steinmeier.
EFEBERLÍN.- El gobierno alemán ha propuesto al Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) la construcción de una planta de enriquecimiento de uranio sobre suelo neutral en la que todos los países interesados puedan producir combustible.
Según comunicó hoy el Ministerio de Exteriores, la propuesta, que contempla que la planta esté bajo la soberanía y control del OIEA, pretende que todos los países interesados puedan acceder a combustible nuclear y reducir al mismo tiempo el peligro de una propagación de armas nucleares.
El ministro de Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, quien formuló la propuesta también a través del diario económico “Handelsblatt” de hoy, señaló que una planta de esas características serviría para impedir que “algunos países utilicen en secreto el enriquecimiento de uranio para la construcción de armas nucleares”.
El jefe de la diplomacia alemana sostiene que el tratado de no proliferación nuclear vigente no tiene lo suficiente en consideración este riesgo, pues prohíbe a todos los estados, salvo las cinco potencias nucleares reconocidas, poseer o comprar armas nucleares, pero al mismo tiempo les concede el derecho a investigar y desarrollar esta energía con fines pacíficos.
Con un suministro nuclear garantizado se puede evitar que haya cada vez más países interesados en enriquecer uranio, señala Steinmeier en el artículo del “Handelsblatt”.
El punto esencial de la propuesta alemana es, según el ministro, que convierte al OIEA en protagonista como “institución de la ONU independiente y neutral”.
La sede de la planta debería estar reconocida por todos los estados miembros y el país que la acogiera debería ceder derechos soberanos “claramente definidos” al OIEA, precisa Steinmeier.
El OIEA, por su parte, debería decidir soberanamente sobre el suministro de uranio, siempre siguiendo el criterio de que se debe evitar su uso para otros fines que los estrictamente energéticos.
La financiación de la planta correría a cargo de una "administración o consorcio multinacional e independiente,” con fines meramente comerciales, añade el ministro.
Según Steinmeier, “una planta independiente de tales características sería para todos los estados del mundo una oferta en la que se podría confiar, tanto desde el punto de vista económico como político”.