Sudán y Chad firman acuerdo de reconciliación

RIAD.- El Presidente de Sudán, Omar el Bechir, y su homólogo de Chad, Idriss Deby Itno, sellaron hoy en Arabia Saudita un acuerdo de reconciliación que busca poner fin a la tensión en las relaciones entre ambos países.

En el acuerdo, firmado bajo los auspicios del rey saudita Abdalá al término de una cumbre tripartita organizada en una granja del soberano en Janadriya, ambos países se comprometen a no apoyar más a los rebeldes del país vecino.

En concreto, Jartum y Yamena "impedirán la utilización de sus (respectivos) territorios para dar abrigo, movilizar, entrenar, transportar o financiar los movimientos armados de oposición de la otra parte", según los medios sauditas, que tuvieron acceso al texto.

Sudán y Chad también "actuarán para alejar inmediatamente a esos movimientos de sus territorios", al tiempo que "respetan la soberanía e integridad" de cada uno.

Las relaciones entre ambos países son muy tensas y ambos se acusan de apoyar dentro de sus fronteras a rebeldes que luego atacan al otro lado.

Chad se excusó recientemente por la incursión de su Ejército el 9 de abril en territorio sudanés, aunque precisó que la operación era en busca de rebeldes procedentes de Darfur (oeste de Sudán).

Estos enfrentamientos dejaron 17 muertos en las fuerzas sudanesas, según Jartum, y 30 en ambos bandos, según Yamena.

La cumbre realizada en Arabia Saudita tuvo lugar al día siguiente de un acuerdo entre los dos países para el despliegue de una fuerza conjunta y de observadores para asegurar su frontera. También se acordó una colaboración con la Unión Africana y la Organización de Naciones Unidas (ONU).

Ayer el rey Abdalá se entrevistó con el Presidente chadiano para tratar la situación en la región y la cooperación bilateral, según la agencia local oficial SPA.

Yamena acusó en noviembre pasado a grupos sauditas, así como a Sudán, de apoyar a los rebeldes chadianos que querían derribar el gobierno.

En una carta dirigida al Consejo de Seguridad de la ONU, Chad afirma que grupos influyentes próximos a la familia real saudita "ayudan a reclutar y equipar a jóvenes mercenarios ligados a Al Qaeda para hacer la rebelión en Chad".