NAIROBI.- Los equipos de rescate continúan buscando sobrevivientes del avión de Kenya Airways que se estrelló el pasado sábado en Camerún. Por su parte, la radio estatal camerunesa y miembros de la operación han afirmado que hay escasas posibilidades de encontrar personas con vida.
"Podemos asegurar que donde se encuentran los restos del aparato no hay ningún cuerpo con vida, pero no nos atrevemos a confirmar que no haya sobrevivientes", dijo el inspector general de la Aviación Civil camerunesa, Celestin Ngoue.
"El accidente fue hace muchas horas y lo habitual si alguien hubiera sobrevivido es que caminara en busca de ayuda, por eso estamos rastreando los pueblos y la selva de los alrededores", añadió Ngoue.
Sin embargo, precisó que las posibilidades son escasas porque el choque fue "muy violento".
Los restos del Boeing 737-800 de la aerolínea keniana, que se estrelló poco después de despegar de Douala con 114 personas a bordo, fueron hallados casi cuarenta horas después del siniestro a veinte kilómetros al sudeste de la ciudad, en una ciénaga de manglares cubierta de árboles.
"Los restos están esparcidos en un radio de 300 metros", dijo en Nairobi el presidente de la compañía, Titus Naikuni, quien reiteró que aún no hay información oficial confirmada sobre el número de sobrevivientes o víctimas.
La radio camerunesa señaló hoy que no hay sobrevivientes y miembros de los equipos de rescate han estimado que es muy difícil que alguien haya escapado con vida del accidente.
No obstante, el presidente de Kenya Airways insistió en que sólo ofrecerá información sobre sobrevivientes cuando ésta sea confirmada por las autoridades de Camerún, una política que ya siguió durante casi dos días negándose a aseverar que el avión se había estrellado mientras el aparato no fuera localizado.
El ministro de Transportes keniano visitó anoche el lugar del siniestro y afirmó que podía verse una gran parte del fuselaje incrustado dentro de la ciénaga, mientras otros fragmentos sueltos estaban flotando, según el relato que hizo hoy el portavoz del Gobierno keniano, Alfred Mutua.
Otros informes dan cuenta de que la parte delantera del avión se encuentra incrustada en el barro, mientras que la parte trasera está desaparecida, por lo que podría haberse partido en mil pedazos o desintegrado con la explosión.
"El lugar del siniestro está realmente en medio de la nada", señaló Mutua, quien agregó que "es una zona aislada y llena de barro, y para llegar a ella hay que caminar cuarenta minutos desde donde se dejan los vehículos".
Desde las primeras horas de hoy, los equipos de rescate cargados con bolsas de plástico y máscaras para la cara, comenzaron a despejar con sierras mecánicas y machetes la densa vegetación que comunica el lugar donde yacen los restos con la carretera más cercana, en la localidad de Mbanga Pongo.
El avión, de seis meses de antigüedad, despegó de Douala pasada la medianoche del sábado en dirección a Nairobi y la proximidad del lugar donde se estrelló -veinte kilómetros del aeropuerto- parece indicar que el accidente tuvo lugar en los primeros minutos del vuelo.
Incluyendo a la tripulación, había 114 personas a bordo del avión, entre ellos 35 pasajeros de Camerún, 15 de India, siete de Sudáfrica, dos de Guinea Ecuatorial y cinco del Reino Unido, pero ningún español ni latinoamericano.
Kenya Airways trasladará mañana a Douala a 19 personas, familiares de 15 de los pasajeros, y costeará el traslado y alojamiento de hasta dos familiares por cada persona que embarcó en el avión siniestrado.
La compañía aérea afirma que ha revisado el registro técnico y de seguridad de sus otros dos Boeing 737-800 y por el momento no hay razones para suspender su actividad.