BELFAST.- El reverendo protestante Ian Paisley y el católico Martin McGuinness, enemigos acérrimos durante décadas, tomaron posesión como Primer Ministro y Viceprimer Ministro del nuevo gobierno norirlandés, abriendo una nueva era de esperanza para la provincia británica.
Tras años de odio ancestral y rivalidad, Paisley (81), llamado el "Doctor No" de Irlanda del Norte, y McGuinness, ex comandante del Ejército Republicano Irlandés (IRA), prestaron juramento para dirigir juntos el nuevo gobierno de unidad, en una sesión histórica en la Asamblea de Stormond.
"Juro servir al pueblo de Irlanda del Norte de igual manera (...) y promover el interés de todas las comunidades para un futuro común", declararon Paisley, líder del Partido Democrático Unionista (DUP), y McGuinness, el número dos del Sinn Fein, brazo político del IRA, que dejó las armas en 2005.
Los primeros ministros de Gran Bretaña, Tony Blair, y de Irlanda, Bertie Ahern, considerados los padrinos del acuerdo que permitió instaurar el gobierno de unidad, asistieron a la ceremonia en la Asamblea de Stormond, que fue creada luego de los Acuerdos del Viernes Santo de 1998.
"Creo que ha llegado una era de paz para Irlanda del Norte, en la que el odio ya no dominará", declaró Paisley, que lidera a los protestantes conservadores que pretenden que Irlanda del Norte permanezca anexada al Reino Unido.
Prometiendo "construir una Irlanda del Norte pacífica", el intransigente reverendo, que ha evitado siempre estrechar la mano de un republicano, afirmó que "será maravilloso participar en el proceso de saneamiento de la provincia".
"Vamos a crear un futuro mejor", aseguró por su parte McGuinness, de 56 años, que representa a los católicos que proponen la unificación de la isla de Irlanda.
En su declaración, el líder del Sinn Fein rindió también un tributo a todos los que contribuyeron a la paz en Irlanda del Norte, así como a los muertos de ambas partes.
Tras la ceremonia, Paisley y McGuinness tomaron un té con Blair y Ahern, intercambiando comentarios y bromas, en un ambiente informal y amistoso que era impensable hace sólo unos meses.
El gobierno de unidad de Irlanda del Norte tomó posesión nueve años después de los acuerdos de Viernes Santo, que trataron de poner fin a la violencia que dejó 3.500 muertos en la provincia entre 1969 y 1998.
Esos acuerdos se vinieron abajo cuando la asamblea regional fue suspendida en 2002, luego de un quiebre de la confianza entre ambas comunidades.
Londres comenzó desde entonces a dirigir la provincia.
El traslado pacífico de poderes de Londres a Belfast, que culminó este martes, se volvió una realidad a fines de marzo pasado, cuando Paisley y el líder del Sinn Fein, Gerry Adams -que son los dos políticos más poderosos de Irlanda del Norte- se sentaron juntos para anunciar un acuerdo político.
"Es un buen día para Irlanda del Norte", declaró Adams, saludando la culminación del largo proceso de negociaciones para instaurar la paz en la provincia asolada por años de enemistad entre católicos y protestantes.
Tras la instauración del gobierno de unidad, el DUP de Paisley y el Sinn Feinn se repartirán los principales ministerios.
Este proceso es uno de los mayores logros del gobierno de Tony Blair, que se empeñó a poner fin al largo conflicto que ensangrentó la provincia.
"Ambos partidos quieren que (este gobierno de unidad) funcione", declaró Tony Blair, quien mañana o el jueves la fecha de su retirada del poder, tras estar al mando de Gran Bretaña durante una década.
Muchos comentaristas políticos han señalado por ello que no es una casualidad que el Primer Ministro escogió esta semana, tras la instauración de un gobierno de unidad en Irlanda del Norte, para efectuar el esperado anuncio de la fecha en que se irá del número 10 de Downing Street.
Sin embargo, la guerra de Irak, que ha empañado los últimos años del gobierno de Blair, no estuvo ausente de la ceremonia de paz en Irlanda del Norte, ya que tres policías resultaron heridos en Belfast, donde varias decenas de manifestantes protestaron contra la presencia británica en Irak.