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Descubren pinturas centenarias en cueva nepalí del Himalaya

Los murales, que datarían de los siglos XII o XIII, serán restaurados por conservadores de arte.

08 de Mayo de 2007 | 12:38 | EFE

KATMANDÚ.- Las montañas del Himalaya han desvelado uno de sus tesoros ocultos durante siglos: una cueva con pinturas murales centenarias en una apartada ruta comercial que servía para conectar el Tíbet con la India pasando por Nepal.


"Encontramos las pinturas por accidente, cuando un pastor local nos enseñó la cueva con frescos en los muros, que había descubierto unos años antes", dijo hoy el estadounidense Broughton Coburn, uno de los descubridores que organizó una expedición por Nepal compuesta por montañistas y conservadores de arte.


El trabajo de estos últimos se centrará en la restauración de los murales, un caro y laborioso proceso que un estado como Nepal no puede afrontar, de ahí que haya que recurrir a la ayuda del extranjero.


Pero antes es más urgente proteger el nuevo hallazgo, cuya situación exacta continúa siendo un secreto para evitar que las pinturas sufran daños o robos a consecuencia de posibles visitas incontroladas.


Según Coburn, quien viajó a la zona en marzo y abril pasados, la caverna, que fue bautizada como "Cueva del Leopardo Blanco" por las huellas cercanas de este animal, no forma parte de un complejo habitado, sino que fue excavada con propósitos religiosos en los aledaños de una vieja ruta comercial ya en desuso.


"Con espíritu aventurero, no sabíamos qué esperar, pero sí sabíamos que había tesoros artísticos en el área. Y encontramos 55 paneles de murales con motivos religiosos", relató.


Aparte de éstas, los devotos de la "Cueva del Leopardo Blanco" escribieron en las paredes varios mensajes en tibetano que ya han sido fotografiados, en espera de que su traducción revele el origen y la fecha de las pinturas.


Un conservador que ha formado parte de la expedición, el italiano Luigi Fieni, se atreve a precisar que los frescos fueron realizados entre los siglos XII y XIII.


En la zona, situada en el norte de Nepal y ya en el macizo tibetano, Fieni ha desarrollado en los últimos años labores de restauración de pinturas en monasterios budistas junto a dos colegas, aunque mantiene que este descubrimiento es "diferente".


"Mientras que las pinturas de los monasterios de los siglos XIV y XV tienen influencias artísticas tibetanas y del valle de Katmandú, el arte de esta cueva es de influencia india, dijo el conservador.


"Hay animales tropicales como tigres y ciervos axis en las pinturas, cuyo estilo es claramente indio", añadió.


En mitad de una antigua ruta de comercio de sal que unía el Tíbet con la India, los viajeros aprovecharon la maleabilidad de las rocas del terreno para escarbar cuevas y utilizarlas como refugio o con propósitos religiosos.


Según estudios arqueológicos, los humanos han poblado la zona desde hace tres milenios y, de hecho, la presente expedición encontró un fragmento de alfarería de hace 2.000 años.


Los arqueólogos calculan ahora que existen unas 12.000 cuevas en la zona y no descartan la existencia de más tesoros, gracias en parte a que, pese a que en su momento se encontraban a ras de suelo, los cambios en la orografía del terreno dificultan el acceso a su interior.


"El lecho del río ha horadado la tierra cada vez más durante siglos, y las cuevas quedaron situadas cada vez a mayor distancia del suelo, en barrancos", reveló Fieni.


Las difíciles condiciones del terreno llevaron a los expedicionarios a incorporar varios montañistas al equipo, aunque, estando en pleno Himalaya, no hubo que buscar mucho para encontrar escaladores dispuestos a participar en el proyecto.


"Tras luchar por entrar en la cueva, encontrar esos ejemplos de arte y belleza fue realmente pasmoso",” dijo uno de ellos, el estadounidense Pete Athans, que ya ha coronado el Everest.

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