Ajeno a la polémica, Sarkozy (de polera azul y pantalón amarillo) ha aprovechado su tiempo libre para trotar.
AFPPARíS.- Menos de tres días después de su elección como Presidente de la República, las vacaciones de Nicolas Sarkozy en un yate de lujo propiedad de uno de los grandes multimillonarios franceses, provocó una primera polémica en la prensa francesa.
"¡Vamos, ahora nos soltamos!", comenta el diario comunista L'Humanité.
"Se acabó la voz emocionada de los mítines donde se evocaba a los obreros abandonados o la Francia de los que se levantan temprano", ironizó el editorialista aludiendo a las consignas reiteradas por Sarkozy durante su campaña y sus desplazamientos a los centros laborales.
El director de Liberation, otro diario de izquierdas, estima que sin pensarlo "Nicolas Sarkozy ilustra de manera inopinada la idea de un derecha que ya no tiene complejos". "Tendremos que acostumbrarnos", estima.
Nuevo rico
Sarkozy muestra de manera ostentatoria "un gusto sin límites por el gran lujo. Como un nuevo rico que acabase de ganar el premio mayor de la lotería. Pero el Palacio (presidencial) del Elíseo no es la lotería", ironiza en un editorial la Depeche du Midi, diario del sur de Francia.
"Una manera de ostentar la riqueza que recuerda a Silvio Berlusconi", insiste la Republique des Pyrenées, diario del suroeste.
Para el editorialista de Le Republique Lorrain, del este de Francia, apenas elegido "ya se olvidó de Blum y Jaurès (dos figuras históricas de la izquierda francesa que Sarkozy aludió sin complejos), lo que no es una sorpresa".
Sin entrar en la polémica, el diario nacional derechista Le Figaro se limita a señalar que hubo un "cambio" en el programa de descanso del electo presidente Sarkozy, que cambió su estadía en Córcega por una "escapada náutica que inquieta a numerosos amigos de Nicolas Sarkozy".
Para el editorialista de otro diario del sur de Francia, L’Indépendant du Midi, el descanso en un yate de lujo y los viajes en jet privado del nuevo presidente francés pueden explicarse y deben comprenderse.
"Será nuestro gran presidente a la americana", estima, para recordar luego que Sarkozy es un "gran admirador de un país donde el dinero se ostenta como el signo obligatorio del éxito".