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Papa habla contra el aborto y la eutanasia en su primer mensaje en Brasil

Benedicto XVI hizo un llamado para que la V Conferencia de Obispos de América Latina y el Caribe que se inaugura el domingo, reitere las posiciones por el "respeto a la vida, desde su concepción hasta su natural declive".

09 de Mayo de 2007 | 15:55 | AFP
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Reuters

SAO PAULO.- En su primer mensaje en suelo brasileño, el Papa Benedicto XVI saludó a los pueblos de América Latina y el Caribe, y reiteró la posición de la Iglesia Católica contra el aborto y la eutanasia.


"Muchas gracias por vuestra generosa hospitalidad", le dijo el Pontífice a los brasileños en el Aeropuerto Internacional de Guarulhos. "Brasil ocupa un lugar muy especial en el corazón del Papa", agregó, recordando que este país "posee hoy el más alto número de católicos" del mundo.


Benedicto XVI recordó que el motivo que lo trae a Brasil es la Conferencia de Obispos de América Latina y el Caribe (Celam), que será inaugurada el domingo en la ciudad de Aparecida.


En el primer discurso en el país, que pronunció íntegramente en portugués, el Papa indicó que espera que el encuentro pueda darle "un nuevo vigor e impulso misionero a este continente" latinoamericano.


Asimismo, abogó porque el cónclave reitere las posiciones por el "respeto a la vida, desde su concepción hasta su natural declive, como exigencia propia de la naturaleza humana", posición que descarta el aborto y la eutanasia.


Benedicto XVI hizo referencia a la "solidaridad con los pobres y desamparados" e hizo una mención especial para los pueblos indígenas, originarios de América.


El Pontífice afirmó que la Iglesia insistirá en su empeño en el "fortalecimiento de la familia -como célula madre de la sociedad-, de la juventud (...), y defendiendo y promoviendo los valores subyacentes en todos lo segmentos de la sociedad, especialmente de los pueblos indígenas".

Católicos aguantan lluvia y frío para ver al Papa

Miles de católicos desafiaron hoy la lluvia y el frío en Sao Paulo para recibir al Papa Benedicto XVI con la esperanza de que la presencia del pontífice alimente la "espiritualidad” de la iglesia en Brasil.


No sólo brasileños, sino también ciudadanos de otros países latinoamericanos recorrieron miles de kilómetros en autobús para llegar a Sao Paulo y ver al Papa.


En los alrededores del aeropuerto Campo de Marte, donde el Papa fue recibido por el alcalde de Sao Paulo, Gilberto Kassab, que le entregó las llaves de la ciudad, se veían hoy estacionados decenas de autobuses provenientes de Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay, entre otros.


Muchos de sus ocupantes permanecieron horas en el interior de los vehículos por la fuerte lluvia, casi incesante, que cayó hoy en la capital paulista.


El paraguayo Alfredo Giménez, quien con un colega de viaje condujo por 48 horas un autobús desde su país de origen, comentó a Efe que “de tantas excursiones que estamos acostumbrados a hacer, ésta, sin duda, fue una muy especial en nuestras vidas.”


"El cansancio y los problemas (durante el viaje) no nos hicieron desistir y estamos aquí con ansias de ver muy de cerca al Papa,” agregó el conductor de 50 años.


En la puerta del monasterio de Sao Bento, en el centro de la ciudad, miles de personas también esperaron durante horas bajo condiciones meteorológicas adversas para saludar al jefe de la Iglesia Católica, que por primera vez visita un país latinoamericano.


El profesor Fernando Rocha, quien viajó durante tres días desde el norteño estado de Maranhao para ver al Papa, subrayó que la presencia de Benedicto XVI “debe alimentar la espiritualidad de los brasileños, tocarnos en lo profundo del corazón.”


"De nada le sirve a Brasil tener el mayor número de católicos del mundo si, para mi, somos de los más fríos y nos hace falta una fuerte dosis de espiritualidad,” agregó.


Según el último censo, el 73 por ciento de la población brasileña se declara católica y, a pesar de que esa cifra ha experimentado un considerable descenso por el avance de otras religiones y cultos, el gigante suramericano sigue siendo la mayor nación católica del mundo.


La administradora de empresas Vanessa Cagliari, quien todos los días pasa por el monasterio de Sao Bento camino al trabajo, señaló que “a pesar de no ser una católica muy practicante de mi religión, pude notar hoy y en estos días que antecedieron la visita del Papa un ambiente diferente, bien espiritual. Espero que esto nos dé paz interior.”


El vendedor ambulante José da Silva comentó por su parte que “si bien la visita del Papa nos trajo una oportunidad de ganarnos unos reales (moneda local), estoy seguro de que ella hará reflexionar a mucha gente que escuche sus mensajes.”


"Brasil fue privilegiado en ser el primer país de Suramérica en ser visitado por el Papa,” comentó.


Horas después de que el Papa saliera al balcón del monasterio que lleva su nombre para dar su bendición, y pese a que ya no se esperaban nuevas apariciones públicas suyas hasta el jueves, decenas de personas continuaban en la puerta del monasterio de Sao Bento (Benedicto en portugués).


El monasterio de Sao Bento albergará hasta el viernes al pontífice, quien mañana se reunirá en privado con el presidente Luiz Inácio Lula da Silva y recibirá a unos 40.000 jóvenes en el estadio de fútbol Pacaembú.


El viernes, Benedicto XVI canonizará al beato brasileño Frei Galvao (1739-1822) en una misa en la que se espera a medio millón de personas.


Ese mismo día viajará a la ciudad de Aparecida, a 169 kilómetros de Sao Paulo capital, donde el domingo inaugurará la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe (Celam). EFE

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