LIMA.- La llegada inesperada a Perú de un pingüino de Magallanes (Spheniscus magellanicus), que aparentemente nadó miles de kilómetros desde el extremo sur del continente americano hasta la Reserva Nacional de Paracas, causó la sorpresa de los científicos de la zona y la simpatía de los lugareños.
"Es la primera vez que se reporta la llegada de un pingüino de Magallanes" a Perú, dijo el biólogo del Instituto Nacional de Recursos Naturales (INRENA), David Orosco, al referirse al "ilustre visitante" que aún no ha sido bautizado.
El pingüino magallánico tiene su hábitat natural desde la Patagonia hasta el sur del Brasil y en invierno puede llegar hasta Río de Janeiro, en un viaje de más de 3.000 kilómetros.
Estos pingüinos, que en la edad adulta pesan 5 kilos y miden entre 50 y 60 centímetros, pasan la mayor parte de sus vidas en el agua e incluso duermen en ella, son capaces de mantener una velocidad de natación de 8 kilómetros por hora y saltan fuera del agua como delfines.
La presencia de este ejemplar de 2 kilos de peso y 48 centímetros de altura, en la Reserva de Paracas, a unos 300 kilómetros al sur de Lima, fue detectada el pasado martes por un pescador artesanal que faenaba en la zona.
El ave, conocido también como pingüino patagónico o pájaro bobo, presentaba una herida en el ala derecha, pero gracias a los cuidados de los encargados de la Reserva, ahora se encuentra "en condiciones óptimas," precisó Orosco, al detallar que se alimenta en Perú de anchoveta, pariente de la anchoa.
Espécimen joven
Aunque aún no se ha precisado la edad de este ejemplar macho, se cree que es aún joven debido a que logró sobrevivir la dureza de la travesía hasta Perú, donde las aguas son más cálidas que en su hábitat.
El biólogo de INRENA manifestó que le parece "prematuro" dar una "explicación técnica o científica de la llegada" de este animal, de alas cortas y fuertes pero incapaz de volar, que también pudo haber llegado a Perú "a bordo de una embarcación chilena."
Asimismo, descartó que la presencia del pingüino se deba a algún fenómeno climatológico debido a "en ese caso se daría una migración masiva de esta especie."
El visitante misterioso ha asombrado a Orosco y a sus colegas porque se ha acostumbrado a las condiciones de Paracas, que según el representante de INRENA- "no son propias de su hábitat" y por su capacidad de haber sobrevivido "a tantas cosas que ocurren en el mar."
Por ello, los encargados de la reserva de Paracas intentan coordinar con las autoridades de Chile el retorno dentro de tres semanas del pingüino de Magallanes a "un ambiente natural más favorable," reveló Orosco.
El biólogo peruano acotó que los esfuerzos por salvar a un sólo ejemplar son importantes porque contribuyen a preservar esta valiosa especie del sur del continente.
De quedarse en Perú, puntualizó, el también conocido como pájaro niño "se encontraría con muchos problemas."
Rechazado
Dentro de una colonia de pingüinos de Humboldt (Spheniscus humboldti) originarios de Perú, el ejemplar antártico "sería rechazado y probablemente perdería a la hora de competir por los recursos debido a su menor tamaño," matizó Orosco, al confiar en que tampoco será llevado a un zoológico.
La mayoría de la población de pingüinos de Humboldt, una especie amenazada en Perú, habita la paradisíaca Reserva Nacional de Paracas, que concentra igualmente lobos marinos y decenas de tipos de aves en un conjunto de pequeñas islas.
En el planeta existen 17 clases de especies de pingüinos y la mayoría de ellas habitan las áreas que circundan la Antártida.
Perú hace parte del Convenio de Conservación de Especies Migratorias y junto con Chile tiene la responsabilidad de proteger al pingüino que vive en el sistema marino de la corriente de Humboldt.