WASHINGTON.- Estados Unidos confirmó hoy que mantendrá una reunión con Irán durante las próximas semanas en Bagdad para discutir la situación en Irak.
El embajador estadounidense en Irak, Ryan Crocker, representará a Estados Unidos en las conversaciones con Teherán, informó la Casa Blanca.
Crocker ha acusado a Irán de respaldar las milicias chiítas en Irak y de tratar de desarrollar una bomba atómica. El régimen de Teherán niega ambas acusaciones.
Irán fue el primero en anunciar hoy que había aceptado entablar un diálogo directo con Estados Unidos sobre el restablecimiento de la seguridad en Irak.
Gordon Johndroe, portavoz de la Casa Blanca, confirmó posteriormente la noticia mientras viajaba a Virginia con el Presidente de Estados Unidos, George W. Bush, para participar en los actos conmemorativos del cuarto centenario de la fundación de Jamestown, el primer asentamiento británico permanente en Estados Unidos.
"Cabe esperar una reunión en las próximas semanas entre el embajador Crocker y los iraníes", destacó Johndroe, quien añadió que el objetivo es "intentar asegurar que los iraníes jueguen un papel productivo en Irak".
"Este es un proceso en marcha para tratar de asegurar que los vecinos de Irak (...) tienen un rol constructivo" en el país, indicó Johndroe.
El ministro de Asuntos Exteriores iraquí, Hoshiyar Zebari, celebró las conversaciones previstas, que calificó como "una señal positiva".
Johndroe hizo hincapié en que las discusiones con Teherán se concentrarán en la situación en Irak.
"Esto no es sobre Estados Unidoes e Irán. Es sobre Irak", indicó el portavoz de la residencia oficial, a lo que añadió que los asuntos relacionados con el programa nuclear de Teherán son un tema separado.
El régimen iraní envió a su ministro de Exteriores, Manuchehr Mottaki, a la conferencia internacional sobre Irak, celebrada recientemente en la ciudad egipcia de Sharm el Sheij, donde se esperaba que se reuniera con la secretaria de Estado de Estados Unidos, Condoleezza Rice.
Sin embargo, ese encuentro no tuvo lugar debido a las distancias que separan las posturas de Teherán y Washington, que ha encabezado una campaña diplomática para aislar a Irán, que se resiste a abandonar su programa de enriquecimiento de uranio pese a los repetidos llamados en ese sentido de la comunidad internacional.
Irán, un gran exportador de petróleo, asegura que necesita el programa nuclear para satisfacer sus crecientes necesidades energéticas.