BERLÍN.- El nuevo Presidente francés, Nicolas Sarkozy, completó el miércoles su primera visita al extranjero en Berlín, donde declaró que es "urgente sacar a Europa de la parálisis", pocas horas después de su investidura.
A su llegada, Sarkozy besó en las mejillas a la canciller alemana y puso su mano sobre su espalda, en un gesto distendido que demostró la amistad ya existente entre los dos líderes conservadores.
"Señor Presidente, querido Nicolás, para mí supone una alegría particular que esta reunión pueda celebrarse en el primer día de tu presidencia", dijo por su lado Merkel.
"Vine en calidad de europeo y amigo, con la clara conciencia de que hacen falta resultados", dijo Sarkozy, antes de expresar su estima y amistad a la canciller.
Elegido el 6 de mayo e investido el miércoles, Nicolas Sarkozy prometió inmediatamente "romper con los comportamientos del pasado" y privilegiar "la exigencia del cambio", en un primer discurso en el Elíseo.
Una vez en la cancillería alemana, el Presidente retomó el mismo tema. "La política de Francia no estará marcada por el inmovilismo", añadió, "ya sea en la política interior, la europea o la política internacional".
Sarkozy propone un tratado constitucional europero reducido cuyo objetivo sería mejorar el funcionamiento de la Unión, y que sería adoptado por la vía parlamentaria y no en un referéndum.
Angela Merkel, por su parte, no quiere limitar un nuevo texto a la lógica institucional, sino que desea darle más "sustancia".
Por último, Sarkozy recordó: "para Francia, la amistad franco-alemana es sagrada y nada podría ponerla en duda".