PARIS.- Un socialista con perfil humanitario en Relaciones Exteriores, una mujer de origen magrebí en Justicia y un centrista a cargo de Defensa: el gobierno del nuevo Presidente conservador Nicolas Sarkozy es la primera prueba de la revolución que desea instaurar en Francia.
Las novedades de este gabinete de 15 ministros anunciado hoy, un día después del nombramiento del Primer Ministro François Fillon, son muchas: es un equipo más reducido y joven que el precedente; se acerca a la paridad entre hombres y mujeres, y no cerró las puertas a representantes de otros partidos que se reconocieron en el proyecto de Sarkozy.
Incluso, desde antes de ser elegido, el Mandatario aseguró que "la puerta estaba abierta" para todos aquellos que como él deseaban reformar el país de arriba a abajo y prometió un gobierno de "unión".
El resultado es que su gobierno incluye a un socialista y a un diputado del partido centrista UDF.
El primero es Bernard Kouchner, de 67 años, que durante una década participó en gobiernos de izquierda en Francia y es uno de los fundadores de Médicos Sin Fronteras (MSF).
Socialista atípico, inconformista y algo vanidoso, el nuevo ministro fue representante de la ONU en Kosovo, defensor acérrimo del concepto del "derecho a la injerencia humanitaria" y se le considera, al igual que Sarkozy, más atlantista que la mayoría de sus predecesores.
Su entrada en el gobierno es un duro golpe para sus ex compañeros de partido, que intentan digerir la derrota de su candidata Ségolène Royal y ven en su nombramiento un intento de la derecha para desestabilizarlos de cara a las legislativas de junio.
"Kouchner ya no es miembro del Partido Socialista", dijo poco después del nombramiento François Hollande, secretario general de la formación y pareja de Royal.
El segundo "intruso" en este gobierno es el centrista Hervé Morin, presidente de los diputados de la UDF en la Cámara, que será titular de Defensa. Este hombre de 45 años, que nunca fue ministro, se unió a Sarkozy entre la primera y la segunda vuelta de las presidenciales con la idea de inyectar un aire más moderado a su gobierno.
En lo que respecta a la paridad, un compromiso de campaña de Sarkozy, el gabinete estará compuesto por siete mujeres y ocho hombres, una fotografía inédita en Francia. En el gobierno saliente, sólo una fémina, Michele Alliot Marie tenía a su cargo un Ministerio importante.
Además de Alliot-Marie, que cambiará Defensa por Interior, destaca la magistrada Rachida Dati, de 41 años, colaboradora de Sarkozy desde 2002, portavoz durante la campaña y ahora ministra de Justicia.
Es la primera vez en Francia que una descendiente de inmigrantes asume un gran Ministerio.
El lado femenino de este gobierno se completa con Christine Boutin (Vivienda), Valerie Pecresse (Enseñanza Superior e Investigación), Christine Albanel (Cultura y Comunicación), Christine Lagarde, que cambia el Comercio Exterior por Agricultura, y Roselyne Bachelot, ex ministra de Ecología que ocupará la cartera de Sanidad, Juventud y Deportes.
En el apartado de la continuidad de la derecha destaca Alain Juppé, de 61 años, que fue durante muchos años la mano derecha del ex Presidente Jacques Chirac y fue condenado en 2004 por un asunto de corrupción que le obligó a alejarse un tiempo de la vida pública.
Este hombre brillante y muy respetado en la UMP, será el número dos del gobierno y presidirá un Ministerio de Desarrollo Sostenible que incluye Transportes, Energía y Ecología.
De la lista de ministros, sólo Alliot-Marie, Jean Louis Borloo, que cambia Empleo y Cohesión Social por Economía, Finanzas y Empleo, y Xavier Bertrand, que pasa de Sanidad a Trabajo, Relaciones Sociales y Solidaridad, estaban en el antiguo gabinete, lo cual muestra el deseo de ruptura de Sarkozy.
Un fiel del nuevo Presidente, Brice Hortefeux, se hará cargo de un nuevo Ministerio -que provocó una lluvia de críticas durante la campaña- el de Inmigración, Identidad Nacional y Cooperación.
Esta distribución de cargos provocó varios disgustos en las filas de la UMP, el partido de derecha de Sarkozy.
"Estoy decepcionado pero soy fiel", resumió el diputado Pierre Lellouche.
Pero Sarkozy ya avisó desde que fue elegido, el 6 de mayo que su prioridad será la "eficacia" y no los sentimentalismos o fidelidad ciega a su partido.
En la misma línea, su Primer Ministro, François Fillon, aseguró que su obligación en el gobierno será llevar a cabo una "política nueva".