MADRID.- Uno de cada tres reporteros de guerra padece estrés postraumático tras haber cubierto informaciones sobre alguna tragedia, según una investigación del "Dart Centre for Journalism and Trauma", hecha pública hoy por su director para Europa, Mark Brayne.
En una mesa redonda sobre "El periodista frente a la tragedia", organizada por la Asociación Nacional de Informadores de la Salud (ANIS), Brayne explicó que los accidentes, incendios, asesinatos, guerras o desastres naturales originan "escenas traumáticas que perduran en la memoria colectiva", por lo que "es responsabilidad del periodista darles un tratamiento informativo diferente".
Según el profesor y periodista Brayne, "cuando estalla una bomba", los profesionales que van hacia ella en vez de salir huyendo "son los cuerpos de seguridad, los sanitarios y los periodistas", y "éstos últimos son los únicos que no están formados para afrontar esas situaciones".
"Al igual que el periodista deportivo conoce las reglas del juego" del partido que va a cubrir, debería ocurrir lo mismo con los periodistas de sucesos o corresponsales de guerra porque, según añadió, "si están preparados para el trauma, luego no sufrirán daños irreversibles".
El desafío personal de Brayne es enseñar a los periodistas a tratar e informar de estas situaciones, porque "harán mejores entrevistas si toman conciencia de la situación de las víctimas, en vez de preguntarles cómo se sienten".
El periodista, que fue corresponsal de guerra durante la Guerra Fría, aseguró que "poniendo la humanidad por delante" se podrían evitar errores como cambiar la historia "para que se adapte al estereotipo que quieres narrar", hacer preguntas "cuyas respuestas podrías haber averiguado fácilmente" o no tomarse "un par de minutos para crear una mínima relación de confianza con la víctima".
De acuerdo con su experiencia, los comunicadores sufren problemas de concentración, de memoria, alteraciones del sueño, pesadillas, irascibilidad o aversión a estar con los amigos como una "reacción humana normal a una experiencia traumática".
"La solución no es ir a psicólogo, ni medicarle", sino que "necesitan comprensión, un entorno de apoyo social, y después mejorarán", añadió.