NAHR AL BARED, Líbano.- Tras tres días de enfrentamientos que dejaron decenas de muertos, una frágil tregua reinaba el miércoles en un campo de refugiados palestinos, situado en el norte de Líbano, entre el Ejército del país y combatientes islamistas.
Miles de refugiados palestinos abandonaron el destrozado campo durante la noche, huyendo ante la posibilidad de que la tregua entre los soldados y el grupo Fatah al-Islam -inspirado en al Qaeda- se rompa con nuevos combates.
Al menos 22 combatientes, 32 soldados y 27 civiles han muerto en los enfrentamientos de esta semana, los peores incidentes de violencia interna en Líbano desde la guerra civil de 1975-1990. El campo, donde viven 40.000 personas, ha sido objeto de fuertes bombardeos.
Una fuente militar dijo que reinaba la calma, pero añadió que "el asunto no ha terminado"."Sólo terminará con el final de esta banda", añadió.
Los equipos de emergencia han sido incapaces de entrar en el campo, situado cerca de la ciudad portuaria libanesa de Trípoli, y no está claro cuántos civiles han muerto allí. Algunos vecinos dijeron que había cadáveres enterrados bajo los escombros de edificios.
Fatah al-Islam, un grupo combatiente sunita, había hecho de Nahr al Bared su base. Aunque la facción está liderada por un palestino, las autoridades libanesas dicen que han detenido a miembros del grupo de nacionalidad saudita, argelina, tunecina y libanesa.
El Gobierno había prometido erradicar a Fatah al Islam, que para algunos miembros de la coalición oficialista es un instrumento de los servicios de inteligencia sirios. Siria niega cualquier vinculación con el grupo.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, denunció el martes "ataques criminales" y pidió un acceso inmediato para ayudar a los civiles.