WASHINGTON.- Si las condiciones meteorológicas lo permiten, el Pentágono realizará mañana otro ensayo de su sistema para la destrucción en vuelo de misiles balísticos, similar al que Estados Unidos pretende instalar en Europa oriental.
Los militares han advertido a pilotos de aviones y capitanes de barcos en la región costera del océano Pacífico que se mantengan alerta entre las 15:00 y 19:00 horas GMT, pero no indicaron la hora exacta del experimento.
El programa incluye el disparo desde la isla Kodiak, en Alaska, de un misil balístico, en un simulacro de lanzamiento de un proyectil de un supuesto enemigo hacia territorio de Estados Unidos.
Menos de 20 minutos después, desde la Base Vandenberg de la Fuerza Aérea, al norte de Santa Barbara en California, los militares dispararán un misil que deberá interceptar al "atacante" a unos 160 kilómetros de altura sobre el océano y a varios cientos kilómetros de la costa.
La idea de un sistema de defensa contra misiles balísticos, en la cual la Administración Bush ha gastado ya cientos de millones de dólares, comprende el uso de proyectiles de intercepción que destruirán a sus objetivos por mero impacto a alta velocidad.
La prueba anterior de este sistema se llevó a cabo el 1 de septiembre pasado y el Pentágono la clasificó como un éxito.
Los críticos sostienen que estas pruebas están cuidadosamente planificadas y son muy diferentes de las situaciones reales de un supuesto ataque enemigo, que ocurriría sorpresivamente y desde un punto no determinado.
En la prueba de mañana, los satélites de espionaje estadounidenses detectarán el lanzamiento del misil "atacante", y transmitirán la información de sitio de partida y trayectoria al Centro Militar de Defensa Nacional en Colorado Springs.
El proyectil "atacante" también será observado por radar desde la Base Beale de la Fuerza Aérea cerca de Sacramento, y dos sistemas de rastreo instalados uno a bordo de un destructor Aegis y el otro en lo alto de una base móvil del tamaño de una plataforma de exploración petrolera.