BAGDAD.- Dieciséis soldados estadounidenses murieron en Irak en los primeros tres días de junio, lo que marca un comienzo sangriento de mes, mientras el ejército de Estados Unidos avanza en un operativo contra la violencia sectaria en Bagdad.
Un total de 127 soldados estadounidenses murieron en mayo, el tercer mes más sangriento para las fuerzas de ese país desde el inicio de la invasión a Irak, en marzo del 2003. Sólo el domingo el ejército informó de 14 de las últimas muertes.
Al norte de la capital, un atacante en un coche bomba suicida se inmoló contra un convoy de la policía en la volátil provincia de Diyala. Diez personas murieron y 30 fueron heridas en un área de mucha actividad comercial, dijo el jefe de la policía local.
Hombres armados en un puesto de control falso cerca de la capital de la provincia de Diyala, Baquba, balearon a dos minibuses y causaron la muerte de cinco personas, dijo la policía. Fuego de armas pesadas y explosiones irrumpieron en el centro de Bagdad el sábado tarde desde la Ciudad Sadr, un barrio pobre chiíta en expansión y bastión del temido Ejército Mehdi, la milicia del clérigo radical que se opone a Estados Unidos, Moqtada al-Sadr.
El ejército estadounidense dijo el domingo que helicópteros habían atacado a militantes que se preparaban para lanzar cohetes a la Zona Verde, el área más segura de Bagdad, donde está el parlamento, varios ministerios del gobierno y la embajada de Estados Unidos.
Un periodista de Reuters vio el disparo de un misil desde el aire durante la operación del sábado. Un portavoz del ejército estadounidense en Bagdad, el teniente coronel Scott Bleichwehl, dijo que los helicópteros abrieron fuego luego de que cuatro hombres armados intentaron lanzar 12 cohetes a la Zona Verde. "Los informes indican que cuatro terroristas fueron muertos y uno herido", dijo.
Las tropas estadounidenses e iraquíes han lanzado un operativo de seguridad en Bagdad para controlar la violencia sectaria que amenaza con desembocar en una guerra civil.
El ejército de Estados Unidos pronostica que el número de víctimas seguirá creciendo mientras más tropas salen a las calles. El operativo es un intento para ganar tiempo, durante el cual el gobierno del primer ministro Nuri al-Maliki debe cumplir con una serie de condiciones políticas dispuestas por Washington, que buscan promover la reconciliación nacional.
Pero mientras siguen aumentando las víctimas, el presidente estadounidense, George W. Bush, recibe cada vez más presiones, incluso dentro de su propio Partido Republicano, para que demuestre un progreso en la impopular guerra o establezca una agenda para la vuelta de las tropas.
Los peores meses para las tropas fueron noviembre del 2004, cuando murieron 137 soldados, y abril del mismo año, cuando murieron 135. En total, 3.487 soldados han muerto desde que comenzó la invasión. Decenas de miles de iraquíes han muerto en el mismo período.