BOGOTÁ.- El "canciller" de las FARC, Rodrigo Granda, liberado ayer por orden del Presidente Álvaro Uribe, sólo permanecerá de forma temporal en la sede del Episcopado en Bogotá, informaron hoy las autoridades eclesiásticas.
El presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), Luis Augusto Castro, precisó en un comunicado que Granda fue trasladado a su sede en "el marco de una labor facilitadora y humanitaria".
La CEC "acompaña todas aquellas iniciativas orientadas a la liberación de las personas retenidas, siempre que éstas no supongan un riesgo para su vida y su integridad personal", indicó.
"Por esta razón, (la CEC) ha decidido ofrecer la sede del Episcopado para la permanencia temporal del señor Rodrigo Granda", explicó el jerarca católico, quien aclaró que se trata de un gesto que tiene como fin promover el regreso de todos los secuestrados.
Granda, conocido con el "canciller" de las FARC y detenido en diciembre de 2004 en Caracas, fue trasladado ayer a Bogotá desde la cárcel de La Dorada, localidad ubicada al noroeste de la capital colombiana.
El dirigente guerrillero, que purgaba una pena de cinco años y diez meses de prisión por "rebelión agravada", fue liberado sin condiciones por orden de Uribe, para que sirva de "gestor de paz" en nombre de las FARC.
El grupo rebelde, el más antiguo y numeroso de América Latina, pretende canjear por más de medio millar de presos a 56 personas que tiene secuestradas, entre ellas la ex candidata presidencial colombo-francesa Ingrid Betancourt y tres estadounidenses.
En una alocución por radio y televisión, Uribe admitió anoche que liberó a Granda por una sugerencia del Presidente francés, Nicolás Sarkozy, quien tiene un gran interés en el caso de Betancourt.
El presidente de la conferencia Episcopal de Colombia resaltó que, por el drama humano de los secuestrados y sus familias, "el gobierno nacional, en la responsabilidad institucional que le corresponde, y las FARC-EP (Ejército del Pueblo), por su parte, están llamados a privilegiar los principios humanitarios sobre cualquier consideración o reivindicación de carácter político o territorial, explorando incluso nuevas alternativas".
"La Iglesia reitera su disposición para facilitar la concreción de un acuerdo humanitario en la medida en que las partes lo consideren oportuno, viable y necesario", añadió el presidente de la CEC y también arzobispo de Tunja (noreste).
Para ello, recordó Castro, el gobierno y los rebeldes "cuentan hoy con propuestas técnicas que en su momento fueron avaladas favorablemente, el respaldo de importantes sectores de la comunidad internacional, nuevas posturas y manifestaciones mutuas de voluntad política, el apoyo de la comunidad nacional".
Además, ambos han superado "diferencias que en otro momento representaron obstáculos para la concreción de un acuerdo humanitario", consideró el presidente de la CEC.
