MILÁN.- El gran juicio en rebeldía a agentes de la CIA y ex dirigentes de los servicios secretos militares italianos por el secuestro de un imán egipcio en Milán (norte) en 2003 comenzó hoy en esa ciudad, el mismo día que se espera la visita a Roma del Presidente estadounidense George W. Bush.
El antiguo jefe de la inteligencia militar italiana (SISMI), el general Nicolo Pollari, se encuentra entre los siete italianos acusados en el juicio, el primero contra este programa estadounidense de "rendición extraordinaria" por el cual se trasladaba a sospechosos de terrorismo a países donde se practica la tortura.
Este mismo viernes, en París, el suizo Dick Martin, que dirige la investigación del Consejo de Europa sobre los casos ocurridos en el continente, debe presentar su segundo informe.
Según adelantó Marty al diario francés "Le Figaro", ese informe aportará "evidencias de la existencia de prisiones al margen de la ley en países que trabajan estrechamente con Estados Unidos, como Polonia".
Fue ese organismo consultivo del Consejo de Europa el que denunció el caso conocido como de "los vuelos de la CIA", a raíz de lo cual fue despedido en noviembre el general Pollari, presuntamente implicado en el secuestro de Osama Mustafá Hasán.
El ex clérigo egipcio, llamado Abu Omar, fue secuestrado el 17 de febrero del 2003 en una calle de Milán con la ayuda de agentes italianos, y llevado a la base estadounidense de Aviano, en el noreste de Italia, según la instrucción llevada a cabo por el juzgado de Milán encargado del caso.
Después fue encarcelado en una prisión de alta seguridad de las afueras de El Cairo, donde según él fue torturado.
Este caso se suma a una serie de diferendos que deterioran las relaciones entre la administración estadounidense e Italia.
El rapto tuvo lugar cuando era primer ministro el aliado de George W. Bush, el conservador Silvio Berlusconi, quien siempre negó que hubiera tenido conocimiento de esa operación.
Su sucesor, el socialdemócrata Romano Prodi, dijo que seguirá la política de Berlusconi y rechazó la petición de la fiscalía milanesa para solicitar la extradición de los 25 agentes de la CIA y un coronel de la fuerza aérea estadounidense que presuntamente formaron parte de aquel comando.
No obstante, Washington afirmó que no extraditará a sus agentes.
Mientras, el Presidente estadounidense, George W. Bush, es esperado por la tarde en Roma, donde se entrevistará con Prodi, tras un breve paso por Polonia, horas después del cierre del G8 en Heiligendamm (norte de Alemania).