BEIJING.- La Policía de la provincia china de Shanxi, en el norte del país, rescató a 31 personas que vivieron durante un año alimentándose sólo con pan y agua, y en situación de esclavitud en una fábrica de ladrillos del hijo de un alto cargo local.
Según informa hoy el periódico "Beijing News", algunos de los trabajadores estaban tan traumatizados por la experiencia que ni siquiera eran capaces de recordar sus nombres.
El diario, que en la portada de su página web incluye imágenes de uno de estos "esclavos" mostrando un brazo deformado por las cicatrices, indica que todos los rescatados presentaban moretones, heridas y quemaduras en el cuerpo, y que eran forzados a trabajar cada día desde las cinco de la mañana hasta la una del día siguiente.
"Estaban tan sucios que la mugre podría rasparse con un cuchillo", señala el diario.
Además, según afirma, antes de que los trabajadores fueran liberados por la policía, uno de los retenidos fue asesinado por sus captores a martillazos.
La fábrica, situada en la localidad de Linfen, estaba vigilada por perros y matones, no contaba con licencia pero seguía abierta gracias a las conexiones de su dueño, Wang Binbin, hijo del secretario local del Partido Comunista. Hasta ahora la policía ha detenido a su capataz y a uno de los vigilantes, pero otras cuatro personas huyeron.
La prensa china ya informó de un incidente similar el año pasado en Shanxi, aunque en aquella oportunidad los trabajadores permanecieron retenidos durante dos meses.