PARIS.- Luego de un pobre resultado en la primera ronda de los comicios parlamentarios, los socialistas franceses intentan hoy limitar los daños a su posición, buscando alianzas para contrarrestar la victoria aplastante de los conservadores del Presidente Nicolas Sarkozy en la ronda final.
Por primera vez en casi tres décadas, los votantes franceses parecían encaminados a regresar el poder a la actual mayoría legislativa, en un claro apoyo a los esfuerzos de Sarkozy por reformar la tercera mayor economía de Europa.
En la primera ronda dominical, el UMP de Sarkozy ganó 39,6% de los votos, mientras que los socialistas consiguieron 24,7%. Los resultados dan a los conservadores una sólida ventaja para la segunda vuelta del domingo próximo, lo que les permitiría ampliar su mayoría absoluta en el Parlamento, de 577 escaños.
La socialista Ségolène Royal, que perdió la Presidencia ante Sarkozy el mes pasado, dijo hoy que buscaría una alianza con el centrista Francois Bayrou para la segunda ronda, en un intento de última hora para evitar un triunfo aplastante de la UMP.
El control de la Asamblea Nacional es crucial para la agenda de Sarkozy de sacar a Francia de su letargo económico y hacer su economía más competitiva globalmente, con una serie de recortes de impuestos y la eliminación de algunas protecciones laborales.
Bayrou, que terminó sólidamente en tercero en las elecciones presidenciales, no consiguió ayer repetir su éxito. Su nuevo partido MoDem ganó apenas 7,6%. Aún así, está bien ubicado para influir en el resultado de la segunda vuelta en varios distritos claves.
En declaraciones a la radio RTL el lunes, Royal advirtió que "es necesario que la democracia tenga un contrapeso de poderes", y advirtió contra la "arrogancia" del partido oficial.
Los conservadores también contactaron al partido de Bayrou para que sumase fuerzas con ellos. Un alto miembro de UMP, Patrick Devedjian, dijo que los centristas eran "bienvenidos en la mayoría presidencial".
Bayrou y el partido se reunieron hoy para discutir su estrategia. Anoche, el político centrista advirtió sobre los peligros de un Parlamento "terriblemente" unilateral. "Un día, Francia va a lamentar esta falta de equilibrio. No es saludable".