ROMA.- Cada día, unos 132 millones de niños, de 5 a 14 años, se ven “forzados a trabajar la tierra, a menudo en condiciones insalubres y peligrosas,” según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
"Es simplemente inaceptable,” indicó la subdirectora general de Agricultura y Protección del Consumidor de la FAO, José María Sumpsi, en un comunicado, con motivo del Día Mundial contra el trabajo infantil.
El 70 por ciento de los niños que se dedican a labores consideradas como trabajo infantil lo hace en la agricultura, es decir, casi un tercio de la fuerza laboral del sector, según las estimaciones, aunque calcular la cifra exacta “es difícil,” pues se trata de una actividad a menudo clandestina.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) calcula que unos 218 millones de niños trabajan en el mundo y, de ellos, más de 22.000 mueren cada año por esa actividad.
Para la FAO, poner fin al trabajo infantil en la agricultura "debe convertirse en una prioridad de la agenda política internacional”.
La única estrategia “válida” para acabar con el trabajo de los niños es reducir la pobreza en las áreas rurales de los países en desarrollo.
Algunos países pobres han realizado “avances notables” en la reducción del trabajo infantil, hasta el punto de haberlo casi eliminado, como en el Estado indio de Kerala.
La región de América Latina y el Caribe también “ha visto un notable descenso” del número de niños trabajadores, que pasó del 16 por ciento al 5 por ciento entre 2000 y 2004.
La agricultura, con la minería y la construcción, se considera uno de los sectores laborales más peligrosos, con horarios de trabajo “excesivamente largos,” exposición a productos químicos peligrosos y el acarreo de cargas pesadas, lo que puede tener implicaciones a largo plazo en el desarrollo y crecimiento infantil.
La FAO recuerda que no todas las labores que realizan los niños pueden definirse como trabajo infantil, pues hay algunas de tipo ligero, que no interfieren con la asistencia a la escuela y son aceptables a partir de los 12 ó 13 años, al igual que sucede con los trabajos calificados de no peligrosos para los adolescentes de 15 y 16 años.