Bulgaria deja libres a los últimos osos bailarines de la Unión Europea

BELIZA, Bulgaria.- En la costa búlgara del Mar Negro y en el centro de la capital, Sofía, no existirán en el futuro osos bailarines como atracción turística.

Hace unos pocos días, los tres últimos osos que danzan registrados oficialmente en el país balcánico, y por lo tanto en toda la Unión Europea (UE), fueron liberados de sus argollas en las narices y de sus cadenas.

En el Parque Natural Beliza, ubicado a unos 180 kilómetros al sudeste de Sofía, "Swetla", "Mischo" y "Mima" encontraron un nuevo hogar. Ahora, son 23 los ex compañeros de sufrimiento que viven en este parque de 12 hectáreas.

"Éste es el mejor día para 'Cuatro patas'", se regocija Zwetelina Iwanowa, directora de la organización protectora de animales con sede en Viena, que junto con la fundación de la ex actriz francesa Brigitte Bardot otorga fondos para mantener el parque de osos Beliza.

Iwanowa está orgullosa por su éxito: la liberación de los tres animales en el parque en las montañas de Rila. Tras un largo viaje en una ambulancia especial a través de Bulgaria, los tres ejemplares deben acostumbrarse a vida en el parque, creado en el año 2000.

"Cuatro patas" compró los últimos tres osos bailarines a familias de gitanos en Rasgrad, en el noreste de Bulgaria.

Los gitanos obtenían tradicionalmente sus ingresos diarios con el espectáculo que hacían los animales, relató el portavoz del parque Petar Milanow. Por cada oso se pagó una compensación de hasta 15.000 levas (7.500 euros/9.970 dólares).

Cruel enseñanza

"Desde muy pequeños, los osos fueron maltratados", señaló Milanow. La danza le era enseñada de "una manera particularmente cruel".

Las crías de osos eran obligadas a permanecer sobre placas de metal ardientes mientras su dueño tocaba el violín. Así, los animales realizaban la "danza" para saltar de la superficie caliente y levantaban alternativamente las patas cada vez que sonaba la melodía.

Los osos eran dirigidos mediante cadenas que estaban sujetas a argollas de metal en sus narices. Con frecuencia estaban bajo la influencia del alcohol.

La osa "Elena", de 17 años, sigue "danzando" de vez en cuando en el parque en el que vive desde hace varios años, pese a que nadie la obliga.

En los bosques y lagos del parque, "Elena" y los otros osos pardos viven de nuevo en un ambiente natural, explica la guía del parque Malina.

Cercos de 3,20 metros de altura protegen tanto a los visitantes como a los osos, ya que los animales ya no son capaces de vivir en estado salvaje, según los expertos.

En Beliza, los osos reciben diariamente varios cientos de kilogramos de frutas y verduras: peras, manzanas o cerezas, además de pepinos, tomates y zanahorias. A esto se agregan pan, miel y nueces.

La alimentación y los cuidados veterinarios de un oso cuestan hasta 400 levas (200 euros/266 dólares) por mes, indicó Milanow. Una diferencia abismal con la situación que vivían los osos bailarines activos, que estaban desnutridos y sólo recibían pan y golosinas.

Por este motivo, el dentista alemán Mark Loose esperaba que la dentadura de los últimos osos liberados estuviera en malas condiciones. El examen mostró que los dientes de "Mischo", de 19 años, prácticamente ya no existían y los restos que quedaban tuvieron que ser extraídos.