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Senado estadounidense rechaza reforma a leyes de inmigración

El resultado significa una derrota para el Presidente George W. Bush, quien apoyaba el proyecto. De hecho, es improbable que el Congreso vuelva a discutir el tema antes de que finalice su mandato.

28 de Junio de 2007 | 13:04 | Agencias

WASHINGTON.- El Senado estadounidense rechazó hoy la propuesta del Presidente George W. Bush de reformar las leyes de inmigración, lo cual de hecho postergará cualquier medida sobre el tema hasta después de las elecciones de 2008.


Los partidarios de la medida no pudieron recabar los 14 votos que les faltaban para alcanzar los 60 requeridos para limitar el debate y despejar el camino para la aprobación.
La votación fue de 46 a favor y 53 en contra.


La medida buscaba fortalecer la seguridad fronteriza y al mismo tiempo ofrecer un proceso por el cual millones de indocumentados que ya se encuentran en el país puedan legalizar su situación. Los críticos calificaban la reforma como poco más que una amnistía para personas que violaron la ley.


Senadores de ambos partidos dijeron que el tema es tan delicado, que es muy difícil que el Congreso vuelva a discutir el proyecto a fines de este año o en 2008, cuando la elección presidencial dominará el escenario político estadounidense.


Un esfuerzo similar colapsó en el Congreso el año pasado y la Cámara de Representantes ni siquiera se preocupó de proponer un proyecto de ley de inmigración este año, en espera la acción del Senado.


La votación fue una derrota para Bush, que apoyó el proyecto diciendo que era imperfecto pero necesario para resolver en parte los problemas causados por la inmigración ilegal.


En realidad, los triunfadores fueron los conservadores del gobernante Partido Republicano, que criticaron con vigor las cláusulas del proyecto, en especial, una propuesta para legalizar eventualmente a unos 12 millones de indocumentados.


Pero el proyecto también habría fortalecido la seguridad en la frontera e instituido un nuevo sistema para erradicar a los inmigrantes ilegales de los lugares de trabajo.


"Los estadounidenses sienten que están perdiendo su país (...) ante un gobierno que al parecer carece de la competencia o de la capacidad para concretar las cosas que ha prometido hacer", dijo el senador republicano Bob Corker, en la hora final del debate.


A su vez, la senadora republicana Elizabeth H. Dole, dijo que muchos estadounidenses "no tienen confianza alguna" en que las fronteras, especialmente con México, serán más vigiladas para evitar el ingreso de ilegales. "El pueblo estadounidense quiere pruebas, no promesas", señaló Dole.


Pero los partidarios del proyecto dijeron que la seguridad en la frontera y la eventual naturalización de los indocumentados deben marchar juntos.


"Año tras año hemos observado la explotación de los trabajadores", dijo el senador demócrata Edward Kennedy. "Año tras año hemos visto personas que viven aterradas dentro de nuestras fronteras. Ésta es la oportunidad para cambiar" la situación, añadió, al defender el proyecto de ley.


Bush lamenta el "fracaso"


En tanto, el Presidente George W. Bush se declaró "decepcionado" por el "fracaso" de la reforma migratoria en el Congreso estadounidense.


"El fracaso del Congreso para hacer algo constituye una decepción", afirmó el Presidente.


"Muchos de nosotros trabajamos duro para ver si podíamos lograr un terreno común. No funcionó", lamentó el Mandatario, quien añadió que "el Congreso debe realmente demostrar a los estadounidenses que puede unirse para trabajar sobre asuntos difíciles".


El Presidente mencionó otros objetivos para el Congreso cuando regrese de su receso de agosto, sin mencionar la reforma, dando implícitamente la batalla por perdida durante su segundo mandato, que culminará en enero de 2009.

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