Cuatro meses de cárcel para militar de EE.UU. en Irak por "relaciones íntimas"

BAGDAD.- Un sargento estadounidense actualmente destacado en Irak fue condenado a cuatro meses de cárcel y además degradado por haber mantenido "relaciones íntimas" con dos subordinadas de su unidad, informó el sábado el ejército norteamericano.

En el que constituye el último escándalo del ejército estadounidense en Irak, el sargento Edward Ramsdell, que intentó además fugarse, también fue acusado de posesión de una "gran cantidad" alcohol y pornografía, señaló un comunicado del ejército.

"Ramsdell mantuvo relaciones íntimas con dos subordinadas de su unidad", añadió la nota, que precisó que el militar tenía el material pornográfico en la base donde estaba destinado, la LSA Anaconda, en el norte de Bagdad.

"Al ser descubierto, Ramsdell intentó esconder las pruebas de su conducta errónea y después intentó escapar de los agentes que lo detuvieron", aseguró el comunicado.
La corte marcial que lo juzgó por estos hechos, acaecidos en octubre de 2006, lo sentenció a cuatro meses de cárcel en una prisión militar y a la degradación de rango.

El caso de Ramsdell se produce después del de un comandante estadounidense, actualmente juzgado por mantener una relación inapropiada con una intérprete y "ayudar al enemigo" robando un teléfono móvil de un compañero que estaba bajo su supervisión.

Steele se encuentra en una prisión militar en Kuwait y hace frente a cargos de posesión no autorizada de material clasificado, así como de pornografía.

Antes de su detención, el oficial era el responsable de Camp Cropper, un centro de detención a las afueras de Bagdad en el que se encuentran, y también han estado, importantes presos iraquíes como, por ejemplo, el ejecutado ex presidente Saddam Hussein, que recibió tratamiento médico en ese recinto.

Ambos casos son los últimos de una serie de escándalos que han azotado el sistema de prisiones militares estadounidenses desde la invasión de Irak en 2003. En 2004, las fotografías de abusos de militares norteamericanos contra detenidos iraquíes en la prisión de Abu Ghraib, al este de Bagdad, dieron la vuelta al mundo.