MADRID.- Ocho años de investigación, el desarrollo de un sistema de grabación y 400 participantes han demostrado que el estereotipo de que las mujeres hablan mucho más que los hombres es falso: ambos emplean unas 16.000 palabras de media cada día.
Así lo prueba el primer registro sistemático que se hace de conversaciones naturales de cientos de personas en un amplio periodo de tiempo.
Un estudio que mañana publica la revista "Science" y que ha sido elaborado a partir de la grabación de las conversaciones de casi 400 estudiantes de la Universidad de Texas, en Austin (Estados Unidos), y de la Universidad Autónoma de Nuevo León, en Monterrey (México).
Es cierto, reconocen los autores de la investigación, que las mujeres hablan más: 16.215 palabras de media frente a las 15.669 que emplean los hombres, pero es una diferencia muy alejada de las 20.000 frente a 7.000 que sostienen algunos trabajos citados en esta investigación.
"¿Qué es una diferencia de 500 palabras, comparada con las 45.000 que separan a las personas más habladoras de las menos?", se pregunta en el trabajo uno de los directores del estudio, el profesor Matthias R.Mehl.
Las tres personas que más hablaban eran hombres, y uno utilizaba 47.000 palabras, pero también era hombre el que menos, 500.
Metodología de estudio
El sistema (EAR) que ha permitido las grabaciones, y que desarrollaron los propios investigadores, consistía en grabadoras digitales que se activaban automáticamente durante 30 segundos cada 12 minutos y medio, con un micrófono externo y un microchip que transmitía el contenido a un programa específico de ordenador.
Los participantes, de entre 17 y 29 años y divididos en seis grupos, fueron “reclutados” en su mayoría en las clases de Psicología a cambio de cantidades que oscilaban entre los 150 y los 30 dólares, y ninguno sabía ni cómo controlar el sistema de grabación ni en qué momento estaban siendo grabados.
Todos llevaron las grabadoras, entre 2 y 10 días, durante 17 horas, salvo excepciones como la práctica del deporte, y los investigadores les permitieron que borraran, si lo deseaban, las conversaciones más privadas.
Los autores del trabajo analizaron la trascripción de las conversaciones, que fueron grabadas entre 1998 y 2004, y comprobaron además que ambos sexos utilizan un número parecido de palabras diferentes.