LONDRES.- El supuesto terrorista que resultó gravemente herido tras estrellar junto a otro hombre un jeep lleno de material incendiario contra la entrada de uno de los terminales del aeropuerto de Glasgow (Glasgow), tiene pocas posibilidades de sobrevivir, indicó hoy uno de los médicos que lo ha tratado.
"El pronóstico no es bueno y no es probable que sobreviva", dijo a la agencia británica de noticias PA un miembro del equipo que lo ha atendido en el Royal Alexandra Hospital, en Paisley (Escocia).
El médico, que habló a condición de que su nombre permaneciera en el anonimato, aseguró que el hombre, identificado por la prensa británica como el doctor Kafeel Ahmed, tiene "quemaduras de tercer grado sobre la mayor parte del torso y las extremidades".
"Al haber perdido tanta piel, ahora es muy vulnerable a las infecciones y no será capaz de combatirlas", consideró.
Una portavoz del centro médico rehusó confirmar ese pronóstico y se limitó a decir que el sospechoso, que el viernes pasado fue trasladado a una unidad especializada del Glasgow Royal Infirmary, permanecía en estado "muy grave".
Ahmed, de 27 años y que está custodiado por agentes de la policía, y el también médico Bilal Abdulla, estrellaron el 30 de junio pasado un jeep cargado con botellas de gas contra el terminal principal del aeropuerto de Glasgow (Escocia).
Abdulla, que se graduó como médico en Bagdad y llegó al Reino Unido en 2004, ha sido acusado de conspirar para causar explosiones, cargo por el que podría ser condenado a cadena perpetua.
El médico iraquí se ha convertido así en el primero de los ocho detenidos por ese ataque y por los atentados fallidos de Londres del día anterior en ser procesado.
La Policía vincula el atentado en Glasgow con los dos coches-bomba hallados en Londres, que si hubieran estallado habrían causado numerosos muertos y heridos, según Scotland Yard.
El hecho de que los siete hombres detenidos sean médicos o estudiantes de Medicina y la única mujer arrestada hubiera trabajado como técnico de laboratorio en un hospital del Servicio Nacional de Salud del Reino Unido (NHS), ha llevado a los medios de comunicación británicos a hablar del "complot de los médicos".