Investigación sobre Madeleine está estancada por contradicciones en testimonios

LONDRES/LISBOA.- La investigación policial por la desaparición de la niña británica de cuatro años Madeleine McCann, secuestrada desde el pasado 3 de mayo en el sur de Portugal, ha llegado a un "impasse" debido a contradicciones en los testigos.

Según informó la Policía Judicial de Portugal (PJ), testigos "claves" del caso no pueden ponerse de acuerdo sobre qué ocurrió exactamente la noche del 3 de mayo en el complejo turístico Ocean Club de Praia da Luz, donde desapareció la menor.

El "impasse" amenaza ahora las conclusiones de la pesquisa, destacó el detective a cargo de la investigación, el comisario Olegario Sousa.

En particular, la Policía no puede determinar exactamente la responsabilidad del único sospechoso de la causa, el británico Robert Murat, de 33 años, que fue señalado por varios testigos como la única persona vista en las cercanías de la habitación de "Maddie", la noche de la desaparición.

Los detectives trabajan desde los últimos días comparando los testimonios de cuatro testigos claves del caso, tres de ellos amigos personales de los McCann, Rachael Oldfield, de 36 años, y los médicos Russell O Brien, de 36, y Fiona Payne, de 34, quienes se encontraban de vacaciones con la familia de la niña.

Los tres amigos de la familia, que viajaron esta semana de Gran Bretaña a Portugal para ayudar con la investigación, dijeron haber visto a Murat cerca de la habitación de Madeleine, la noche del secuestro, pero el británico niega esa versión y afirma que estaba con su madre Jenny, en la propiedad que ella posee a unos 300 metros del complejo turístico.

Largo interrogatorio

Robert Murat, que tiene una hija de la edad de "Maddie" llamada Sophie, que vive en Inglaterra junto a su madre, fue interrogado esta semana por 16 horas.

Mientras tanto, la madre de Madeleine, Kate McCann, de 38 años, permanece en Portugal cuidando a sus otros dos hijos, los mellizos Sean y Amelie, mientras el padre Gerry se encuentra en Inglaterra, donde se ha reunido con expertos de Scotland Yard.

Según Gerry, la "pesadilla" por la desaparición de su hija "se está volviendo intolerable" y pidió a los secuestradores de la niña que pongan fin con una llamada a "tanta agonía".

"Alguien, en alguna parte, sabe dónde está mi hija Madeleine y sólo con una llamada podríamos hallarla. No bajaremos los brazos hasta encontrarla", declaró el hombre en Londres.