TRÍPOLI/SOFÍA- Bulgaria espera mañana lunes el indulto de sus cinco enfermeras y del médico palestino condenados a muerte en Libia, tras el acuerdo con las familias de los afectados sobre el pago de una indemnización, informaron hoy los medios estatales búlgaros.
Los medios señalaron que con el acuerdo, que contempla el pago de un millón de dólares por cada uno de los alrededor 400 niños afectados, se solucionó el último obstáculo para el indulto del personal médico, acusado de infectar intencionadamente a los pequeños libios con el virus del sida.
Los expertos señalaron en repetidas ocasiones, sin embargo, que el contagio fue causado por las malas condiciones higiénicas del hospital de Benghasi.
El acuerdo con las familias se llevará al Consejo Superior de la Magistratura de Libia, que deliberará mañana lunes sobre el indulto del personal médico, según lo previsto.
El acuerdo podría suponer la renuncia a la ejecución de las mujeres búlgaras, según las fuentes.
Otro documento que el gremio de magistrados, integrado por nueve jueces, tendrá en consideración, es una petición de las búlgaras en las que piden su indulto. En una declaración, las mujeres renunciarían también a interponer cualquier procedimiento judicial contra Libia por su encarcelamiento durante ocho años.
Durante el proceso judicial, las enfermeras insistieron en su inocencia y alegaron que su confesión de culpabilidad les fue arrancada bajo tortura.
El Consejo Superior de la Magistratura de Libia podría confirmar o modificar la pena de muerte ratificada por el Tribunal Supremo libio el pasado miércoles contra las enfermeras y el médico acusados. En el caso de que la pena de muerte sea conmutada por una pena de prisión, un acuerdo bilateral podría permitir la vuelta de las enfermeras a Bulgaria. El médico palestino también podría acogerse al mismo, porque en junio logró la nacionalidad búlgara.
Estados Unidos y la Unión Europea, a la que Bulgaria pertenece desde comienzos de año, lucharon por la puesta en libertad del personal médico. El presidente estadounidense, George W. Bush, ya pidió su puesta en libertad durante una visita a Sofía en junio y también lo hizo el ministro germano de Exteriores, Frank Walter Steinmeier, mientras fue representante del grupo de los 27.