KASHIWAZAKI, Japón.- Un violento sismo de una magnitud de 6,8 en la escala abierta de Richter golpeó hoy lunes el centro de Japón, dejando seis muertos y cerca de 700 heridos y provocando importantes daños materiales así como un incendio en una central nuclear, que fue controlado.
El terremoto, uno de los más potentes registrados en Japón en los últimos años, se produjo a las 10:13 (21:13 de ayer en Chile) frente a las costas de la región de Niigata, a 250 km al noroeste de Tokio.
Su hipocentro se localizó a 17 km bajo el mar, indicó la Agencia Meteorológica japonesa.
El fenómeno causó pequeños tsunamis de 50 centímetros y fue seguido de numerosas réplicas, la más fuerte de las cuales alcanzó 5,6 grados en la escala de Richter.
Al menos seis personas, cuatro mujeres y dos hombres, perecieron, y 692 personas fueron hospitalizadas tras resultar heridas, según la Agencia de Policía Nacional.
Los hospitales de Kashiwazaki, la ciudad de la región de Niigata más afectada por el sismo, pidieron la colaboración de los médicos de las localidades vecinas.
Cerca de 5.000 personas fueron alojadas en refugios, según los medios locales.
Incendio en central nuclear
Un incendio afectó brevemente la central nuclear de Kashiwazaki-Kariwa, situada cerca del epicentro del sismo, pero no hay riesgos de contaminación radioactiva, según la compañía eléctrica.
"El fuego se declaró en un transformador que no está situado cerca de los reactores" nucleares, explicó un responsable de la compañía Tokyo Electric Power (Tepco), Yasushi Hasegawa.
"No hay riesgo inmediato de escape radioactivo", agregó, precisando que los cuatro reactores se habían detenido automáticamente cuando se produjo el terremoto.
Las cadenas locales de televisión mostraron los escombros a los que quedaron reducidas numerosas casas de madera, puentes dañados así como las grietas que se abrieron sobre el terreno de un parque.
"Cuando llegó la sacudida, estaba sobre mi barco y sentí cómo se balanceaba la embarcación. Cuando regresé al puerto, mi casa era una auténtica leonera", declaró Susumu Ishiguro.
Graves problemas
Cerca de 300 inmuebles se hundieron y otros 212 sufrieron desperfectos en Kashiwazaki y en el resto de la región así como en la vecina Nagano, según los servicios de socorro, que explicaron que la zona es además escenario de avalanchas de lodo por el paso del tifón Man-yi el pasado fin de semana.
Estas dos catástrofes naturales se produjeron durante un puente vacacional, puesto que el lunes, "día del mar", es festivo en Japón.
"Todas las carreteras quedaron agrietadas y deformadas por baches", aseguró un empleado municipal de Kashiwazaki, al indicar que los habitantes estaban instalando láminas de metal para poder circular.
El terremoto alcanzó en Kashiwazaki y varios otros puntos de las regiones de Niigata y de Nagano el grado "6 superior" en la escala sísmica japonesa, que cuenta con siete grados. Un sismo de esta magnitud puede provocar grandes daños materiales.
El violento fenómeno fue sentido en casi toda la isla principal de Honshu y sacudió los rascacielos de Tokio, al tiempo que el servicio de trenes de gran velocidad Shinkansen fue interrumpido.
El gobierno japonés instaló una célula de crisis. El primer ministro, Shinzo Abe, de campaña en Nagasaki (sur) para las elecciones senatoriales del 29 de julio, decidió volver de inmediato a Tokio, informó la agencia Kyodo.
La región de Niigata sufrió el 23 de octubre de 2004 un sismo de una magnitud de 6,8 que dejó 67 muertos y más de 3.000 heridos.
Situado en la conjunción de cuatro placas tectónicas, Japón sufre cada año el 20% de los sismos más violentos registrados en el mundo.