SAO PAULO.- Los 186 ocupantes de un avión que se estrelló el martes en Sao Paulo murieron, dijo este miércoles el presidente de la aerolínea TAM, Marco Antonio Bologna, mientras las autoridades analizan todas las hipótesis que permitan explicar la mayor catástrofe aérea de Brasil.
"No hay rastro de sobrevivientes" en los escombros del accidente, producido luego de que el A320 tocó tierra en el aeropuerto de Congonhas, se desvió a su izquierda al final de la pista, atravesó una avenida y se incrustó en un edificio próximo al aeródromo, provocando una explosión.
Se ignora la cantidad de personas que se hallaban en el edificio o incluso en la calle en el momento del accidente. Un oficial afirmó que el balance final puede ser de unos 200 muertos.
El accidente dio lugar a escenas apocalípticas. "Muchas personas saltaron por las ventanas del edificio impactado, fue terrible", contó el médico Douglas Ferrari. "Vi unos veinticinco cuerpos carbonizados en los alrededores del avión y vi una pareja muerta dentro de un auto", agregó.
"Pudo haber sido una falla humana, pudo ser influencia de la pista, pudo haber sido estrés, una decisión incorrecta. Pudo ser un montón de cosas" dijo el brigadiero Jorge Kersul, del Centro de Investigación y Previsión de Accidentes.
"Tenemos que mantener la mente abierta para analizar todas las hipótesis posibles (...) y todo eso requiere mayor profundización, sería muy prematuro decir ahora (la causa del accidente)", afirmó Kersul en conferencia de prensa.
El funcionario agregó que la investigación demorará unos 10 meses. Para ella será fundamental la caja negra del avión, hallada la madrugada del miércoles.
Previamente el presidente de la Federación de Controladores Aéreos, Sergio Oliveira, había afirmado que "los operadores de la torre avisaron que la pista debería ser cerrada porque estaba sin el "grooving" (sistema de drenaje de agua en caso de lluvia), pero nadie en el gobierno quiere saber de nada".
"La pista estaba lisa como un jabón", dijo bajo condición de anonimato al diario O Globo un piloto de TAM, que considera que Infraero (que se ocupa de la administración de aeropuertos) y la Agencia nacional de Aviación Civil (Anac) deberían haber prohibido el aterrizaje con esas condiciones meteorológicas.
Pero Armando Schneider Filho, superintendente de ingeniería de Infraero, negó que el avión haya derrapado, ya que en la pista no se había acumulado suficiente agua.
"Habría posibilidades de derrapar si hubiese una lámina de agua de más de 3 mm y este no es el caso", precisó Schneider Filho.
"La obligación nuestra --agregó Schneider-- es responder y aclarar las dudas. Sólo la investigación podrá decir lo que aconteció. Cualquier información dada es prematura y (si adelantara algo) yo podría estar cometiendo un error o una injusticia con cualquiera de las partes involucradas".
Según Tam, el avión --procedente de Porto Alegre (sur)-- estaba en buenas condiciones y en manos de pilotos muy experimentados, cada uno de ellos con más de 13.000 horas de vuelo.
El A320 tenía 26.320 horas de vuelo, y había sido sometido a una revisión simple el 13 de junio y a una revisión estructural, más profunda, el 20 de noviembre, agregó la empresa.
El presidente Luiz Inacio Lula da Silva decretó luto nacional de tres días e instó a conducir las investigaciones "con rigor y rapidez".
La Orden de los Abogados de Brasil (OAB) pidió la renuncia de los responsables por lo que calificó de "infierno aéreo" en Brasil.
"Lo que explotó en Congonhas no fue apenas el Airbus de Tam (...) sino la propia credibilidad del sistema aéreo brasileño. Recomponerla exige la separación inmediata del cargo de todos aquellos implicados", señaló en una nota el presidente de la OAB, Cezar Britto.
La industria de la aviación de Brasil vive una crisis desde el choque en setiembre, en el cielo amazónico, de un Boeing 737 de Gol -cuyos 154 ocupantes murieron- con un jet privado que logró hacer un aterrizaje de emergencia.
En octubre de 1996, un Fokker 100 de la TAM se estrelló a poco de despegar de Congonhas, con una saldo de 99 muertos.
La cotización de las acciones de TAM, que se convirtió en la primera compañía aérea de Brasil con el ocaso de Varig (declarada en bancarrota el año pasado), cayeron el miércoles 9,07% al cierre de la Bolsa de Valores de Sao Paulo.