BUENOS AIRES.- Al aire libre y con el imponente marco de la Quebrada de Humahuaca como fondo, el ex ministro de Economía argentino Roberto Lavagna lanzó hoy su campaña para la presidencia prometiendo una "cruzada definitiva contra la pobreza".
"Tenemos una gran oportunidad de construir los próximos diez años, sin crisis, con crecimiento que le llegue a todos. Esa posibilidad que tenemos, el gobierno la tira a la basura, la está desperdiciando", dijo durante un acto en la localidad de Tilcara en la provincia de Jujuy, 1.654 kilómetros al norte de Buenos Aires.
"El gobierno se ha metido en aventuras empresarias raras, se ha desviado del curso de la economía, y apareció la inflación, una máquina de generar pobres y destruir la clase media argentina. Nosotros vamos a devolverle a la república sus equilibrios", agregó.
Apoyado en un modesto atril con la camisa arremangada, Lavagna se dirigió con tono firme pero amigable a la multitud que lo escuchaba bajo el sol en un descampado paraje sobre la Quebrada, declarada "Patrimonio de la Humanidad" por Unesco en 2003.
El candidato, de 64 años, estuvo acompañado por su compañero de fórmula, el senador y líder de la centrista Unión Cívica Radical (UCR) Gerardo Morales, familiares y colaboradores.
Antes de iniciar el discurso, ambos candidatos cumplieron con un antiguo ritual de los indígenas kollas y entregaron una ofrenda a la Pacha Mama, la Madre Naturaleza y fuente de todas las cosas, según la cosmología kolla.
La sencillez del acto contrastó con el enorme despliegue montado el jueves para el puntapié de la campaña de la primera dama y senadora Cristina Fernández en la ciudad de La Plata, en Buenos Aires.
Lavagna y Morales competirán por la presidencia en las elecciones generales del 28 de octubre como la fórmula de la "Concertación para Una Nación Avanzada" (UNA), que reúne a la UCR y a miembros del peronismo enfrentados con el presidente Néstor Kirchner, que reviste en la corriente de izquierda de esa fuerza mayoritaria.
Lavagna fue el artífice de la recuperación de la economía argentina tras la crisis de 2001, la mayor en la historia del país. En 2002 asumió como ministro de Economía del entonces presidente de transición, el peronista Eduardo Duhalde. Kirchner, electo en 2003, lo mantuvo en el cargo hasta diciembre de 2005.
Juntos llevaron adelante el exitoso proceso de reestructuración de la deuda externa argentina, pero discrepancias sobre la política salarial y las tarifas de los servicios públicos rompieron la sociedad.
Desde entonces Lavagna se ha convertido en uno de los más conspicuos críticos de la administración de Kirchner, que ha elegido a su esposa como sucesora sin internas partidarias, una decisión cargada de nepotismo, según sus opositores.
Fernández, candidata por el oficialista Frente para la Victoria, obtiene una amplia ventaja en las encuestas sobre intención de voto frente a una oposición atomizada.