ROMA.- El papa Benedicto XVI condenó con fuerza el domingo las guerras que "se oponen al designio de Dios" e invitó a los pueblos a "rechazar con determinación la carrera armamentista".
"La guerra, con (su caudal) de dolores y destrucciones, es desde siempre considerada una calamidad que se opone al designio de Dios, que (...) desea hacer del género humano una familia", dijo el Papa en la oración del Angelus en Lorenzago di Cadore (norte de Italia), donde pasa sus vacaciones.
El Pontífice mencionó las guerras, pues al estar de vacaciones siente --explicó-- "de manera aún más intensa el doloroso impacto de las informaciones sobre los conflictos sangrientos y los episodios de violencia que se producen en muchas partes del mundo".
"Si los hombres vivieran en paz con Dios y entre ellos, la tierra se parecería de verdad a un paraíso. El pecado dañó desgraciadamente ese proyecto divino. Ocurre que los hombres ceden a la tentación del diablo y se hacen la guerra entre ellos", deploró.
Benedicto XVI apareció con un semblante bronceado y en buena forma física, con gafas ligeramente oscurecidas a causa del sol.
El Papa mencionó a uno de sus predecesores, Benedicto XV, quien, el 1 de agosto de 1917, cuando estaba en su punto más álgido la Primera Guerra Mundial, invitó a las potencias beligerantes a poner fin al conflicto, calificando esa guerra de "inútil matanza".
Unos 6.000 fieles asistieron al Angelus del papa, celebrado en un pueblo que durante los meses invernales sólo tiene 600 habitantes.