LONDRES.- Inglaterra continúa en alerta por las peores inundaciones registradas en este país durante los últimos sesenta años, toda vez que miles de hogares se han quedado sin suministro de agua y electricidad.
Hasta 350.000 personas en el condado de Gloucestershire (oeste de Inglaterra), una de las zonas más afectadas por las riadas, podrían quedarse sin abastecimiento de agua en sus casas debido a que amenazan con desbordarse los ríos Severn y Támesis.
Según la Agencia de Medioambiente, el nivel de ambos ríos ha excedido el de 1947, cuando se produjeron unas inundaciones que causaron pérdidas materiales millonarias en el país. "No habíamos visto antes inundaciones de esta magnitud. El punto de referencia era 1947 y eso ya se ha superado", reconoció un portavoz de la Agencia de Medioambiente.
En una comparecencia ante el Parlamento, el ministro británico de Medioambiente, Hilary Benn, advirtió de que la situación de emergencia "está lejos de acabarse y es muy probable que haya más inundaciones".
Las autoridades han decretado ocho alertas de inundación en varios condados, como Midlands (centro inglés), Oxfordshire (sur inglés) y Bedfordshire (sur), en tanto que unos 45.000 hogares han perdido el abastecimiento eléctrico, indicó Benn.
Dada la envergadura de la crisis, el primer ministro británico, Gordon Brown, visitó hoy el condado de Gloucestershire, donde se distribuyeron más de 150.000 botellas de agua potable.
Brown sobrevoló en helicóptero las áreas más castigadas por las lluvias torrenciales caídas en los últimos días y visitó la sede de la Policía de Gloucestershire para ver de cerca la respuesta de los servicios de emergencia.
Brown prometió más dinero para mejorar los sistemas de drenaje y de defensa contra riadas, fue informado de las medidas para ayudar a miles de personas que se visto obligadas a ser alojadas en centros de emergencia.
La intensidad del temporal ha provocado un masivo despliegue de los servicios de emergencia y de las Fuerzas Armadas británicas, que han tenido que realizar decenas de operaciones de rescate.
Una portavoz de la Asociación de Aseguradoras Británicas señaló hoy que la crecida de las aguas ocurrida en junio y julio "pueden suponer pérdidas por encima de 2,9 millones de euros".