WASHINGTON.- Un hombre que mató a dos adolescentes hace casi 17 años fue ejecutado hoy en Texas tras fracasar un último recurso ante el Tribunal Supremo de Estados Unidos.
Fuentes del penal de Huntsville señalaron que Lonnie Johnson, de 44 años, recibió una inyección letal en lo que constituyó la ejecución número 19 que se realiza en el estado este año.
"Ha sido una alegría y una bendición. Den a todos mis saludos y mi amor. Llévenme a casa. Estoy listo,” dijo Johnson segundos antes de recibir la combinación de sustancias que le causó la muerte.
Johnson fue condenado a la pena capital tras confesar que dio muerte a Sean Fulk Schulz, de 16 años, y su amigo Leroy McCaffrey, de 17 años en la noche del 15 de agosto de 1990.
Sin embargo, afirmó que no fue un crimen premeditado y que actuó en defensa propia cuando los dos jóvenes blancos lo amenazaron con un arma de fuego y le lanzaron epítetos racistas.
"Hice lo que tenía que hacer. Habría escapado de ellos si hubiese podido,” señaló.
Los cadáveres de MacCaffrey y de Schulz fueron encontrados al día siguiente en un camino.
Johnson también admitió que robó el vehículo que utilizaban sus dos víctimas. Además, utilizó el arma con que le habían amenazado para comprar drogas.
"No hicieron justicia conmigo,” agregó tras señalar que la pena de muerte dictaminada en su contra fue un castigo excesivo.
Johnson no tenía antecedentes criminales, pero los fiscales señalaron que había sido siempre una persona agresiva, especialmente con las mujeres.
La próxima ejecución que se realizará en el estado será la de Kenneth Parr, el 15 de agosto.
Parr fue declarado culpable y condenado a muerte por la violación y asesinato de una mujer en 1998.