WASHINGTON.- La obesidad, considerada una epidemia en EE.UU., es una enfermedad contagiosa y se propaga a través de los vínculos familiares y sociales, reveló hoy un estudio divulgado por la revista New England Journal of Medicine.
Cuando una persona sube de peso, aumenta de manera considerable la posibilidad de que sus amigos, hermanos y cónyuges también engorden, según los científicos.
Además, cuanto más estrecho sea el contacto social entre dos personas, mayores son las posibilidades de que "contraigan" la tendencia a engordar.
Dicho de otra forma, los científicos señalan que si usted tiene un amigo obeso, las posibilidades de que usted suba enormemente de peso aumentan en un 57 por ciento.
Entre los amigos de dos obesos, el efecto es todavía mayor y las posibilidades de aumentar de peso suben en un 171 por ciento.
Entre los hermanos esas posibilidades suben en un 40 por ciento, y entre cónyuges un 37 por ciento, señalan los científicos de la Escuela de Medicina de Harvard y de la Universidad de California.
"Lo que vemos es que la obesidad de una persona puede influir en otras a las cuales esté vinculado, tanto directa como indirectamente", manifestó Nicholas Christakis, profesor del Departamento de Salud Pública de la Escuela de Medicina de Harvard.
En las tres últimas décadas el problema de la obesidad entre los adultos estadounidenses ha aumentado de 15 a 32 por ciento.
Además, cifras de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH) indican que un 66 por ciento de los estadounidenses está excedido de peso.
Más de treinta años de investigación
La conclusión sobre el peligro contagioso de la obesidad fue extraída de un estudio realizado a 12.067 adultos que durante 32 años se sometieron a evaluaciones médicas, incluyendo los contactos sociales, su índice de masa corporal así como el de familiares, amigos y hasta vecinos.
Los científicos señalan que uno de los mayores efectos de la obesidad entre personas del mismo género es que ésta parece influir no sólo en el comportamiento sino, de manera un poco más sutil, también en el acatamiento de las normas.
"Lo que ocurre es que una persona obesa probablemente altere las normas respecto a lo que es adecuado en cuanto a la masa corporal. Alguna gente piensa que está bien ser gordo si todos los que le rodean son gordos. Ese tipo de sensibilidad se propaga", según Christakis.