LONDRES.- El iraquí Bisher al-Rawi, que pasó cuatro años detenido en Guantánamo (Cuba), ha relatado la tortura que supuso su traslado a esa base estadounidense y ha confesado que se sintió traicionado por los servicios secretos británicos MI5.
En una entrevista con el dominical “The Observer” publicada hoy, Al-Rawi, que reside en el Reino Unido, dijo que los estadounidenses le detuvieron en Gambia, le pusieron pañales, un chándal, le vendaron los ojos, le esposaron y le impidieron moverse durante las largas horas que duró el vuelo hasta llegar a Guantánamo.
Al-Rawi manifestó sentirse traicionado por el MI5, puesto que no le ayudó cuando pidió colaboración, a pesar de haber contribuido con su información a la detención en Londres de Abu Qatada, el clérigo musulmán considerado el “embajador en Europa” de Osama Bin Laden.
El hombre iraquí, liberado el pasado marzo, fue detenido por la CIA (servicios secretos de EEUU) en Gambia en noviembre de 2002 mientras hacía un viaje de negocios y después llevado a Afganistán, desde donde fue trasladado a Guantánamo, informa "The Observer".
Al-Rawi afirma que en Guantánamo quiso ponerse en contacto con el MI5 para que le ayudara, pero los servicios secretos británicos afirmaron que no podían hacer nada porque el hombre iraquí no podía dar los nombres de sus contactos, si bien trabajó como informante.
El dominical informa de que Al-Rawi fue detenido por la CIA después de que el MI5 enviase un telegrama a los estadounidenses en el que lo calificaba como “extremista islámico".
Sobre el viaje a Guantánamo, el iraquí, que se estableció en Londres tras huir de su país natal siendo adolescente, dijo que fue una auténtica tortura.
"Todo el vuelo estuve a punto de gritar. Al final aterrizamos, pensé, gracias a Dios todo ha terminado. Pero no, sólo fue un aterrizaje para repostar en El Cairo. Quedaban más horas. Me dolía tanto la espalda, las esposas estaban muy ajustadas. Todo el tiempo tenía que estar recostado de espaldas. Una vez, conseguí moverme un poquito, cambié el peso hacia un lado. Entonces sentí que alguien me golpeaba la mano. Incluso esto estaba prohibido", relató Al-Rawi.
En una prisión de la CIA, según dijo a "The Observer", se le privó de luz durante 24 horas.
Al-Rawi fue liberado el pasado marzo tras considerarse que no había participado en actividades terroristas.