GHAZNI, Afganistán.- Los talibanes ejecutaron hoy a un rehén surcoreano, el segundo en menos de una semana, de un grupo de 22 secuestrados desde hace 12 días, tras asegurar que el gobierno afgano no ha hecho caso de sus ultimátum para que liberen a varios correligionarios suyos.
"Dimos varios ultimátum al gobierno afgano, pero no prestó atención. Finalmente esta noche a las 20:30 horas (16:00 horas GMT) matamos a unos de los coreanos, llamado Sung Sin, con disparos de fusil AK-47, y su cuerpo fue abandonado en una región del distrito de Quarabagh", en la provincia de Ghazni, a 140 km al sur de Kabul, declaró por teléfono el portavoz Yusuf Ahmadi.
Los insurgentes habían dado de plazo al gobierno afgano hasta las 07:30 horas GMT de hoy para que aceptara un canje de prisioneros.
A falta de una confirmación oficial de la ejecución, este representa el segundo rehén muerto por los talibanes, después de que un pastor evangelista de 42 años fuera abatido el miércoles pasado.
"Hemos oído noticias de dos rehenes asesinados, pero no puedo confirmarlo por ahora", dijo el gobernador de Ghazni, Mirajuddin Pattan.
Antes de la ejecución, uno de los principales negociadores del gobierno afgano, Wahidulá Mujadedi, declaró que habían pedido un plazo de 48 horas suplementarias para "preparar el terreno para una solución aceptable".
Los talibanes insisten en un canje de prisioneros al que se oponen las autoridades afganas que, por su parte, piden la liberación incondicional de las mujeres del grupo de rehenes.
"No es política del gobierno soltar a prisioneros, pero siguen pidiendo un canje de prisioneros y se niegan a liberar a las mujeres inmediatamente", dijo otro negociador, Mahmud Gailani, quien subrayó que las negociaciones con los talibanes a través de los jefes tribales y religiosos estaban "bloqueadas".
Un responsable afgano en Ghazni, bajo anonimato, afirmó que podría llevarse a cabo una operación militar para intentar salvar a los surcoreanos.
Los rehenes están desperdigados en pequeños grupos en diferentes lugares del distrito de Qarabagh, según las autoridades afganas. Los insurgentes afirman por su parte haberlos separado y repartido por tres provincias.
Los talibanes exigen la liberación de ocho de sus prisioneros contra otros tantos surcoreanos, antes de continuar con las negociaciones sobre el destino de los rehenes restantes.
El Presidente afgano, Hamid Karzai, se había comprometido a no aceptar nunca más canjes de prisioneros después de haber permitido uno, muy controvertido, para la liberación del periodista italiano Daniele Mastrogiacomo. En esa ocasión, las autoridades liberaron a cinco talibanes.
Los surcoreanos, la mayoría jóvenes de entre 20 y 35 años en misión evangélica, fueron secuestrados el 19 de julio cuando circulaban en un autocar entre Kabul y Kandahar (sur), en una carretera muy peligrosa que atraviesa varias zonas bajo control de los insurgentes. Estos evangelistas se encontraban oficialmente en "misión humanitaria".
Se trata del grupo de extranjeros más numeroso secuestrado en Afganistán desde la caída del régimen fundamentalista de los talibanes, a finales de 2001.
Los talibanes también mantienen cautivo a un alemán desde hace 13 días, por el cual exigen igualmente la liberación de presos.