KABUL.- Un portavoz talibán advirtió hoy que tres de los 21 surcoreanos que el grupo mantiene secuestrados se encuentran gravemente enfermos y podrían morir. Asimismo, reiteró la amenaza de asesinar a los cautivos si el gobierno afgano lanza una operación militar de rescate.
"Si el gobierno lanza una intervención militar, querrá decir que no quieren resolver esta crisis pacíficamente y mataremos a los rehenes", dijo un portavoz de la milicia, Mohammed Yousif Ahmadi, añadiendo que los talibanes no tienen medicinas para curar a los enfermos.
El portavoz talibán respondía de este modo a la posibilidad de que el Ejército lanzase una operación de rescate, aunque el miembro del equipo mediador, Khowaja Ahmad Sedeqi, negó que hubiese comenzado un ataque y aseguró que había sido malinterpretado.
A las 12:00 horas locales de hoy (07:30 horas GMT) venció el plazo dado por los talibanes para ejecutar a los rehenes.
"Todavía no hemos fijado un nuevo plazo y en cualquier momento hay posibilidades de que algo ocurra, y la responsabilidad será de los gobiernos afgano y coreano", dijo Ahmadi.
El portavoz afirmó que la delegación de Corea del Sur presente en el país no podrá reunirse con los rehenes, pero añadió que las puertas de las negociaciones están "abiertas" para ellos.
Hasta ahora dos rehenes han sido ejecutados por el grupo talibán, el pastor evangélico Bae Hyung-kyu, de 42 años, y Shing Sung-min.
Los talibanes piden canjear los rehenes por varios presos insurgentes encarcelados, para lo cual proporcionaron al equipo mediador una "lista completa".
Sin embargo, el gobierno afgano ha insistido a través del Ministerio del Interior que, aunque está haciendo "todo lo posible" para obtener la liberación de los surcoreanos, respetará los límites "de las leyes y la Constitución".
Los 23 surcoreanos fueron capturados el día 19 de julio en la provincia oriental afgana de Ghazni, en lo que constituye el mayor secuestro de un grupo extranjero en Afganistán desde la caída del régimen talibán.