SAO PAULO.- Los funcionarios del metro de Sao Paulo no alcanzaron hoy un acuerdo con la patronal y resolvieron mantener por tiempo indeterminado la huelga iniciada en la madrugada, que causó serios trastornos en el tráfico de la ciudad brasileña y perjudicó a cerca de tres millones de pasajeros.
A la hora de mayor movimiento en el centro de la capital, cuando la mayoría de la gente retorna del trabajo, se produjeron tumultos en las estaciones de autobús y trenes, que se vieron desbordadas por el número inusual de pasajeros. En algunos puntos fue necesaria la intervención de la policía militar.
En la mayor estación de trenes y autobuses de Sao Paulo, la Estaao da Luz, localizada en el centro de la metrópolis y por donde pasan diariamente unas 250.000 personas, fue necesario que efectivos de tres batallones policiales se apostaran en la entrada principal para controlar el ingreso de personas, que se empujaban unas a otras para llegar más rápido a los andenes.
Según informó la Compañía Paulista de Trenes Metropolitanos, unas 850.000 personas usaron hoy los 107 trenes de la flota, en un periodo de nueve horas.
La huelga afectó también al tránsito de la ciudad, ya que para intentar facilitar el traslado de los usuarios, la Compañía de Ingeniería del Tránsito suspendió por hoy el sistema de rotación, que restringe la circulación diaria de vehículos, lo que provocó congestionamientos en las principales autopistas.
Los 7.500 funcionarios del metro resolvieron hoy en asamblea extender la paralización, que en un principio sería de 24 horas, por tiempo indeterminado, debido a que no llegaron a un acuerdo con los directores del Metro en una audiencia de conciliación celebrada hoy en el Tribunal Regional de Trabajo.
El sindicato reivindica que se les pague en forma anticipada una bonificación prevista equivalente a un salario mínimo nacional y medio. La dirección del metro ofreció pagar el mínimo, lo que no fue aceptado por los empleados.
Asimismo, sindicato y patronal no llegan a un acuerdo sobre la forma de pago de la bonificación. Mientras que los trabajadores defienden que se les pague a todos los funcionarios por igual, la empresa quiere pagar un valor proporcional al salario de cada uno.
Para disminuir los perjuicios a los usuarios, los sindicalistas propusieron a la cúpula directiva del metro mantener en circulación durante la huelga el 85 por ciento de la flota, bajo condición de que los viajes fueran gratuitos.
La empresa no aceptó la propuesta por considerarla "fuera de lugar", y alegó que permimitir que no se paguen los viajes "es crimen, podría ser caracterizado como evasión de renta y no sería seguro, ya que podría exceder la capacidad de ese sistema de transporte, lo que comprometería la seguridad".