LONDRES.- Sarah Ferguson, ex mujer del príncipe Andrés de Inglaterra, ha rechazado una invitación para unirse a la familia real británica en el servicio religioso en memoria de Diana de Gales, reveló hoy el tabloide británico “Daily Mail.”
Según la fuente, la duquesa de York, de 47 años, siente que no es apropiado que esté presente en esa ceremonia, que se celebrará en Londres el 31 de agosto con motivo del décimo aniversario de la muerte de la princesa.
"(Sarah Ferguson) no ha formado parte de la lista de invitados de la realeza durante algunos años y ha quedado claro que la familia no quiere que asista a los eventos de la monarquía,” dijo un amigo de la duquesa al diario sensacionalista.
Las hijas de la ex mujer del príncipe Andrés, las princesas Beatriz, de 18 años y ahijada de Diana, y Eugenia, de 17, sí estarán presentes en el servicio religioso junto a su padre.
La última vez que Sarah Ferguson asistió a un acto destacado de la familia real fue en abril del 2002, cuando acudió al funeral de la Reina Madre en la Abadía de Westminster.
Según la prensa británica, la duquesa de York fue vetada en las celebraciones por el 50 aniversario de la subida al trono de Isabel II de Inglaterra, en el 2002, por sus desavenencias con el resto de la familia real.
Sarah Ferguson, no obstante, tiene previsto recordar a Diana a su manera, según dijeron sus amigos al tabloide.
La princesa de Gales, -que se casó en 1981 con el Príncipe Carlos de Inglaterra (heredero a la Corona), de quien se divorció en 1996-, murió el 31 de agosto de 1997 en un trágico accidente automovilístico en París, en el que también fallecieron su novio, Dodi Al Fayed, y el chófer Henri Paul.
La ceremonia religiosa en su memoria ha sido organizado por los príncipes Guillermo y Enrique de Inglaterra, hijos del príncipe Carlos de Inglaterra y Diana de Gales, y los hermanos de la princesa.
Según el “Daily Mail,” aún se desconoce el papel que desempeñará en el oficio religioso la esposa del príncipe Carlos de Inglaterra, Camilla, a quien Diana describió públicamente como la “tercera persona” de su fracasado matrimonio y llegó a llamarla “Rottweiler.”