WASHINGTON.- Un hombre que violó y asesinó a una mujer en presencia de dos de sus hijos fue ejecutado hoy en Texas, poco después de que el Tribunal Supremo de EE.UU. rechazara una última apelación.
Kenneth Parr, de 27 años, recibió una inyección letal en el penal de Huntsville por la muerte de Linda Malek y se convirtió en el convicto número 20 ejecutado este año en Texas, dijo un portavoz oficial.
"Quiero que mi familia sepa que les quiero a todos. Mantengan la cabeza en alto. Estoy listo", dijo Parr antes de recibir la combinación de sustancias que le causó la muerte nueve minutos después.
Fuentes del penal de Huntsville indicaron que en todo momento Parr mantuvo la calma y no intentó causar los actos de violencia que había prometido.
A la ejecución también asistieron familiares de su víctima.
Según indicaron los fiscales durante el juicio, Parr, que entonces tenía solo 18 años, y un hermanastro ingresaron el 21 de enero de 1998 en la casa de la mujer y después de violarla la mataron de un balazo en la cabeza.
Malek, la hija de 8 años de la mujer, llamó por teléfono a su abuelo para informarle de lo que había ocurrido y fue el principal testigo durante el juicio contra Parr.
El hermanastro de Parr, Michael Jiminez, también fue declarado culpable del asesinato y fue condenado a cadena perpetua.
Los abogados de Parr habían pedido al Supremo que suspendiera la ejecución porque la fecha había sido fijada de manera indebida y porque la inyección letal es inconstitucionalmente cruel.
Menos de dos horas antes del momento de la ejecución los nueve jueces del Supremo rechazaron la solicitud.