JERUSALÉN.- El proceso de la memoria es dinámico, nuestros recuerdos no se graban como una inscripción en una hoja, sino que una proteína, la enzima PKNzeta, obra como una "máquina" en miniatura que la mantiene viva y también puede "borrarla".
El hallazgo fue hecho por el profesor Yadín Dudai, jefe del Departamento de Neurobiología del Instituto de Ciencias Weizman, de la ciudad israelí de Rehovot, y su colaboradora en la investigación, Reut Shema, informó hoy Yvsam Azgad, portavoz del centro.
"El principal objetivo de esta investigación es contribuir al fortalecimiento de la memoria en personas ancianas y la de quienes han sufrido problemas por accidentes, pero también podría aplicarse para erradicar recuerdos traumáticos", declaró Azgad.
Los científicos trabajaron según una hipótesis del investigador estadounidense del Downstate Medical Center, Todd Sacktor, quien adiestró a ratas de laboratorio para rechazar ciertos sabores.
A continuación les inyectó Sacktor una droga capaz de bloquear una proteína específica en un área del cerebro asociada con la memoria de los sabores, la enzima PKNzeta, y de inmediato la ratas olvidaron lo aprendido, esto es, a rechazar ciertos sabores.
Esa enzima se halla en la sinapsis, el punto de unión funcional entre dos células nerviosas, y es capaz de modificar algunas facetas en la estructura de tal contacto; para ello debe estar siempre activa a fin de retener los cambios que hayan producido, como por ejemplo el aprendizaje que se incorpora a la memoria, de donde los científicos concluyen que esta última es dinámica y no algo estático.
Dudai y Shema -que expusieron la semana pasada sus hallazgos en la edición de la revista Science- razonaron que "silenciando" a la PKNzeta situada en la unión de las neuronas podrían revertir el cambio que puede producir la enzima.
Con la aplicación de la droga para anular el efecto de la enzima, comprobaron que las ratas entrenadas para rechazar ciertos sabores, olvidaron lo aprendido, y todos las señales indican que las "malas memorias" que se les formaron con el aprendizaje desaparecieron un mes después de ese adiestramiento.
Si la técnica prosperase en los humanos, el "borrón" de memoria, o acaso de malos recuerdos, podría aplicarse años después aún de sucesos ocurridos a lo largo de su vida si en los ratones tuvo éxito un mes después de haber adquirido ese aprendizaje.
Según el portavoz del Instituto Weizman, se trata de la primera demostración de que la memoria en el cerebro puede ser borrada tanto tiempo después de su formación.
Asimismo, agregó, el descubrimiento puede abrir camino a futuros tratamientos en caso de problemas de memoria, y la posibilidad de desarrollar medicinas que puedan estimularla y estabilizarla.