MANILA.- Cerca de 24.000 personas han abandonado ya sus casas en la región de las islas filipinas de Basilan y Joló para escapar de la ofensiva del Ejército contra el grupo radical Abu Sayyaf, informó hoy la televisión local ABS-CBN.
Hasta cuarenta distritos han sido totalmente evacuados en esta zona de mayoría musulmana situada unos 1.000 kilómetros al sur de la capital, y catorce escuelas han sido cerradas porque los padres temen enviar allí a sus hijos, según la Oficina de Defensa Civil.
"La situación en Basilan sigue siendo crítica mientras duren las operaciones militares contra objetivos de Abu Sayyaf,” indicó a la cadena un portavoz de esta agencia de cooperación gubernamental que coordina los esfuerzos de ayuda humanitaria con las ONG locales y extranjeras y el Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas.
Por otra parte, la presidenta filipina, Gloria Macapagal Arroyo, llegó hoy en medio de fuertes medidas de seguridad a la ciudad de Zamboanga en el extremo sureste de Mindanao, donde se reunirá con los mandos de la Policía y las Fuerzas Armadas para analizar el estado de la ofensiva contra la organización extremista.
La escalada de la tensión en la región comenzó el pasado 10 de julio, cuando 14 soldados filipinos murieron en combates contra grupos rebeldes musulmanes, en los que estuvo implicado Abu Sayyaf.
Diez militares fueron mutilados y decapitados en un suceso que causó un escándalo en todo el país y propició el arranque de la ofensiva contra los miembros del grupo, en la que por el momento han perdido la vida más de cien personas, entre soldados, guerrilleros y civiles.
En la capital, Policía y Ejército se encuentran desde ayer en estado de máxima alerta y han sido incrementadas las medidas la seguridad en posibles objetivos de atentados, como el Aeropuerto Internacional Ninoy Aquino y la Embajada de Estados Unidos.
Abu Sayyaf, fundado en 1991 por ex combatientes de la guerra de Afganistán contra la Unión Soviética, y vinculado a la red Al Qaeda, es considerado un grupo terrorista por los gobiernos de Washington y Manila, y se le atribuyen algunos de los atentados más sangrientos de los últimos años en Filipinas.