MAYOR OTAÑO, Paraguay.- La policía de Paraguay maneja dos hipótesis sobre los posibles móviles del asesinato del periodista chileno Tito Alberto Palma Godoy, de 48 años, por sicarios la noche del miércoles en la casa de Aparicio Martínez -suegro del reportero- ubicada en la localidad de Repatriación del Este, en el distrito de Mayor Otaño.
La pesquisa más importante, según el jefe de Investigaciones de Itapúa, subcomisario Baldomero Jorgge, apunta hacia el cierre de una radio comunitaria cuyos responsables acusaban al periodista de ser quien entregaba información trascendental para la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel) para incautar los equipos de la emisora radial.
Antes de su asesinato, Tito Palma fue objeto de varias amenazas que decían: "Estimado señor Tito Palma, el pueblo de Mayor Otaño está al tanto del perjuicio que ha hecho por la denuncia con Julio Ríos para la incautación de los equipos de las tres radios de Otaño. No hay cuenta que no se paga, yo estoy contratado para hacerte viajar muy pronto, nos veremos".
En la víspera de la investigación, se realizaron varios procedimientos donde la Fiscalía del Ministerio Público de Paraguay encontró varias evidencias. Una de ellas sería el celular de Palma que contiene los mensajes de amenaza, así como las fotografías que sacó el periodista sobre amenazas que le enviaban a su celular.
Asimismo, los agentes policiales tienen datos de importancia de que el hombre "se desenvolvía en varios frentes y su relación con la población no era la más buena".
El subcomisario Jorgge aseguró que "estas pruebas son muy importantes para llegar a los autores del asesinato del periodista y estamos realizando un intenso rastrillaje por la zona. El lugar es de difícil acceso, no obstante las tareas seguirán hasta tanto tengamos resultados más satisfactorios", según consignó La Nación de Paraguay.
Otra de las hipótesis que se barajan es la protección periodística que daba Tito Palma a ciertos narcotraficantes, quienes operaban por la zona y aportaban al reportero a fin de que el operativo no sea divulgado por el medio en donde se desempeñaba.
Los efectivos policiales no descartan que el aporte al radialista se haya cortado por algún motivo y que los traficantes se molestaron por los comentarios subliminales del ahora fallecido, por lo que decidieron callarlo.
En tanto, el suegro del periodista chileno asesinado en su hogar, Aparicio Martínez, de 59 años, aseguró que el fiscal que investiga el extraño crimen, Nelson Mauricio Ramos, del departamento de Itapúa, "no cuenta todo lo que sabe", según consignó ABC Digital de Paraguay.