LONDRES.- El Ejército Islámico, grupo insurrecto sunita, planea una nueva oleada de secuestros de extranjeros en Irak, según declaró al dominical “The Sunday Times” uno de sus representantes, llamado Ibrahim-al-Shammari.
"Todo extranjero en Irak es un objetivo potencial con independencia de su nacionalidad o su religión. Si resulta ser un espía, será juzgado por un tribunal islámico", dijo Shammari.
"Queremos que los gobiernos occidentales escuchen al pueblo iraquí y dejen de apoyar la ocupación con el envío de sus ciudadanos a Irak", agregó.
Shammari predijo, por otro lado, que las victorias de los norteamericanos en la provincia de Anbar, al oeste de Bagdad, donde algunas tribus sunitas ayuda a las fuerzas iraquíes y a los norteamericanos, serán de corta duración.
El Ejército Islámico ha firmado ya una tregua en Irak con Al Qaeda, con la que el grupo sunita ha tenido “graves problemas desde que empezaron a matar” a sus hombres.
"Llegado un momento, tuvimos que responderles, pero nos dimos cuenta de que las tropas estadounidenses aprovechaban la situación y difundían rumores que exacerbaban el conflicto", explicó el representante del grupo insurrecto.
El Presidente de EEUU, George W. Bush, “anunció estúpidamente al mundo que todos los suníes de Irak combatían a Al Qaeda, y lo hizo porque quería presumir de haber alcanzado una gran victoria, pero eso es una tontería", dijo Shammari.
Según éste, el Ejército Islámico y Al Qaeda van a repartirse el país en zonas de influencia en las que operarán independientemente uno del otro, lo que constituirá un fuerte revés para los norteamericanos.
Los militares de EE.UU. han lanzado últimamente mensajes al Ejército Islámico con la esperanza de ganarlo para su causa, explica el “Sunday Times".
Sin embargo, según Shammari, su organización y otros grupos armados sólo aceptarán hablar con los norteamericanos si éstos admiten que “la resistencia iraquí” es la representante legítima de ese pueblo y aceptan fijar un calendario para la retirada permanente de las tropas de ocupación.
Shammari dijo que el Gobierno del primer ministro, Nouri al-Maliki, está “acabado": “Ha empezado la cuenta atrás definitiva. (Maliki) Ha perdido la confianza de los iraquíes y de los norteamericanos.”