CRAWFORD.- La Casa Blanca consideró hoy que el acuerdo alcanzado por líderes chiitas, sunitas y kurdos de Irak para resolver los principales conflictos internos, es un "símbolo importante" de su disposición a trabajar en favor de la reconciliación nacional.
"Felicitamos a los líderes iraquíes por el importante acuerdo al que llegaron hoy en Bagdad (...) símbolo importante de su compromiso para trabajar en equipo en beneficio de todos los iraquíes", dijo la Casa Blanca en un comunicado desde Crawford, Texas (sur), donde el Presidente George W. Bush se encuentra de vacaciones.
Los líderes iraquíes acordaron hoy reducir las limitaciones impuestas a ex miembros del partido Baas de Saddam Hussein, para celebrar elecciones locales y ayudar a las fuerzas de seguridad a detener la violencia, según un comunicado de la oficina del Presidente Jalal Talabani.
"Vamos a continuar apoyando a estos valientes líderes y a toda la población iraquí en su esfuerzo por vencer a las fuerzas del terror que buscan aplastar la democracia iraquí", dijo la portavoz de la Casa Blanca Emily Lawrimore en el comunicado.
El acuerdo de los líderes iraquíes cubre cuestiones decisivas designadas como obligatorias por el Congreso estadounidense para continuar con el apoyo a Irak, país que vive una espiral de violencia sectaria de índole confesional derivada en un alto índice de muertes de civiles y en el terror cotidiano al que debe de enfrentarse la población.
El gobierno de Bagdad está paralizado desde hace meses debido a los enfrentamientos internos entre sunitas y chiitas, que se han saldado con la renuncia o el boicot de 17 de los 40 ministros del gabinete.
La violencia interconfesional no cede pese al despliegue de 155.000 militares estadounidenses en el país ocupado. El hecho de que más de la mitad de ellos estén acantonados en Bagdad ha motivado el desplazamiento de los extremistas hacia las provincias, donde cometen ahora la mayoría de sus ataques.
Por otra parte, más de 10.000 familias se han visto obligadas a abandonar sus hogares debido a amenazas proferidas contra ellas desde que se incrementaron los actos violentos confesionales, según autoridades iraquíes.