BUENOS AIRES.- La imagen de los presos haciendo clases de relajación empieza a ser recurrente en las cárceles argentinas, gracias a que una organización no gubernamental ofrece cursos de respiración para bajar los niveles de violencia y agresividad.
"Los presos están más que encantados con el programa y nos dicen que se sienten libres a pesar de estar en la cárcel, que pueden dormir a pesar de sufrir una larga condena", dijo hoy Beatriz Goyaga, coordinadora del programa organizado por la fundación "El arte de vivir".
El programa, realizado por voluntarios, no sólo lo llevan a cabo los presos, sino que los funcionarios del sistema penitenciario también asisten a clases para "rebajar la tensión y el estrés que produce estar en contacto cada día con gente de tendencia violenta", explicó Goyaga.
Según la coordinadora, el impacto en el sistema nervioso de estas técnicas de respiración es tan fuerte que los resultados se notan desde el primer día.
El programa consta de seis clases de tres horas en días consecutivos, y ayuda a los presos a aprender ciertas técnicas vitales para responsabilizarse de sus actos pasados y manejar correctamente las situaciones de estrés.
"El estrés se acumula en forma de toxinas en el cuerpo y al principio los presos somatizan los síntomas y sufren vómitos, pero después de eliminar todos los elementos dañinos se muestran encantados con su evolución", agregó la coordinadora.
Los presos que participaron del programa ahora "duermen mejor, manejan los conflictos y situaciones estresantes sin violencia y han experimentado una mejora de su autoestima y del control sobre sí mismos", informaron fuentes del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB).
Para Diego, preso en Florencia Varela, "las respiraciones lograron cosas impresionantes" en él.
"Antes del curso y desde que perdí a mi mamá, necesitaba pastillas para poder dormir, pero cuando hice la primera respiración en mi celda pude dormir sin necesidad de pastillas. Y ahora ya las dejé", aseguró.
Entre las cárceles que han contado con estos servicios de relajación están las de Rosario, Florencio Varela, La Plata y ahora también se inician clases de relajación en la prisión de Devoto, en la capital argentina.
Visto el éxito de estas técnicas de relajación en el sistema penitenciario, la fundación tiene previsto iniciar nuevos cursos para los miembros de la policía de la provincia de Buenos Aires, de manera tal que salgan a "patrullar a las calles relajados", afirmó Beatriz Goyaga.