ATENAS.- Los catastróficos incendios que azotan Grecia y han causado 64 muertos en los últimos cinco días, seguían hoy sin ser controlados cuando fuertes rachas de viento reavivaron las llamas en varios puntos del Peloponeso, la zona más castigada.
Los focos de fuego hoy en distintas partes de Grecia se elevaban a 23, ocho de ellos especialmente virulentos, según informaron los bomberos.
Los frentes más difíciles de controlar se sitúan en las localidades de Matesi, Kamena, Vasilaki y Plutojori, en el Peloponeso, y en Gramatikos, cerca de Atenas.
El número de muertos aumentó hoy a 64, después de encontrarse el cuerpo calcinado de un pastor en Zajaro (en el sur del Peloponeso), un pueblo donde se habían dado por desaparecidas a otras tres personas.
"Se trata de pastores que pudieron verse aislados por las llamas cuando el incendio pasó por la localidad", dijo el alcalde del pueblo, Pantazis Jronópulos.
Desde el viernes pasado, 95 bomberos han resultado heridos, siete de ellos graves con quemaduras y contusiones, informó el portavoz de los bomberos griegos, Nikos Diamantis.
Como única noticia positiva en una jornada en la que los bomberos han luchado sin cuartel contra el fuego, se informó que los incendios estaban controlados a última hora de la tarde de hoy en la isla de Eubea.
Precisamente en esa isla fue donde participaron en las labores de extinción los dos aviones cisterna españoles que forman parte de los medios aéreos internacionales enviados para luchar contra las llamas.
La Secretaria de Protección Civil anunció que para mañana existe "alto peligro de incendios" para la zona de la capital, Grecia Central, y las islas del este del Egeo.
En Ilias, la zona más afectada del Peloponeso, "se requerirán al menos tres días y condiciones meteorológicas favorables para controlar a los incendios", informó el portavoz de los Bomberos.
Miles de personas han tenido que abandonar sus hogares y en las zonas más afectadas algunas pequeñas localidades siguen cercadas por las llamas.
En el pueblo de Matesi, un vecino declaró desesperado a un canal de televisión: "Tengo un hijo y está luchando contra la llamas. El fuego llega desde el sur, avanza y hay torbellinos".
Otro vecino, Costas Pampousis, de 72 años, dijo que "la mitad del pueblo se quemó el domingo y, de un hermoso pueblo, ha pasado a ser un hermoso cementerio".
En los pueblos de Agnanda y Anzona, en la misma región, y ya afectados en días anteriores por el fuego, los habitantes se quejaban de no tener "agua potable ni comida" y piden ayuda a las autoridades.
"La escena es lamentable; hay animales muertos tirados por los campos y mucho me temo que sean una fuente de infección", dijo un reportero del canal de televisión griego Antena 1.
El gobierno conservador griego ha tenido que hacer frente a una nueva batería de reproches por parte de la oposición política y la opinión pública, que les acusa de haber gestionado mal la crisis y haber respondido con mucha lentitud a la catástrofe.
El Primer Ministro, Costas Caramanlis, anticipó recientemente las elecciones legislativas al 16 de septiembre con la intención de revalidar su mandato, pero las llamas le pueden pasar factura en las urnas.
Para aplacar el descontento, el Ejecutivo ha garantizado que "cualquiera que solicite ayuda la recibirá", dijo hoy el portavoz del gobierno, Teodoros Rusopulos.
Los damnificados recibirán inmediatamente y "sólo con una declaración escrita y firmada" 3.000 euros y otros 10.000 para viviendas, mientras que el resto de las ayudas será entregado más tarde.
También se han proporcionado primas a los bomberos de 2.000 euros a cada uno, se han creado puestos de trabajo para 6.000 desempleados en labores de reforestación por un año.
Al mismo tiempo, se ha decidido dar 1.500 euros y comida gratis a los estudiantes universitarios de los lugares afectados durante todo el año, al tiempo que se han dado libros escolares gratis y tres sueldos a los desempleados (1.100 euros).
En las ayudas también se establece que en los próximos seis meses no se pedirán pagos de cuotas de préstamos a los damnificados.