LONDRES.- “Esperad sólo a que sea reina,” dijo una "enfadada” Camilla a destacados asesores de la familia real tras su retirada, en el último minuto, de la lista de invitados a la misa en recuerdo a Diana de Gales, de cuya muerte se cumplen diez años, según revela hoy el dominical “News of the World.”
Una “humillada” duquesa de Cornualles “tuvo una discusión violenta” con miembros del entorno de Palacio y “juró vengarse (de ellos) por haberla convertido en el enemigo público número uno,” asegura el rotativo.
Según “News of the World,” dominical del sensacionalista “The Sun,” Camilla, de 60 años, es “inflexible” en su opinión de que “fue mal aconsejada por sus asesores, que insistieron hasta el pasado domingo en que acudiera a la ceremonia,” que se celebró este viernes en la Capilla de la Guardia Real, cerca del palacio de Buckingham.
Su “humillante retirada” en el último momento “ha traído consigo" además una “feroz pelea” con su marido, el príncipe Carlos, quien era uno de los más partidarios de que su segunda mujer asistiese al oficio religioso, según la prensa británica.
"Camilla simplemente fue a buscar a Carlos y le manifestó lo que pensaba. Pero ella sigue diciéndose a sí misma que la venganza es un plato que se sirve frío,” asegura a “News of the World” una fuente próxima al entorno de Palacio.
Camilla había sido invitada por los príncipes Guillermo y Enrique y había aceptado asistir, pero, tras el revuelo organizado y al parecer por consejo de la propia Reina, dio marcha atrás.
Ahora la duquesa de Cornualles viajará, sin Carlos, al sur de Francia para pasar una semana en un yate de lujo en compañía de su hija, Laura, y dos amigas, añade el dominical británico.
El viernes, mientras el resto de la familia real recordaba a quien la había calificado como la “tercera persona” en su matrimonio, Camilla “era consolada” por su ex marido, Andrew Parker Bowles, con el que se casó en la misma capilla en la que se celebró el homenaje a Diana, revela el “Sunday Express.”
La presencia en el servicio religioso de la que fue en su día rival de Diana por el amor de Carlos de Inglaterra, con quien mantuvo una larga relación adúltera -ella misma estaba casada- antes y después del matrimonio de los príncipes de Gales, había resultado polémica desde el principio.
Sin embargo, la duquesa la justificó por el hecho de que los propios hijos de Diana se lo hubieran pedido personalmente.
Algunos observadores británicos se preguntan, sin embargo, cómo no se previó antes la controversia que iba a originar la asistencia de Camilla a semejante acto y por qué se esperó a solucionarlo cuando faltaban sólo cinco días para el aniversario.