KABUL.- Las fuerzas de seguridad afganas aseguraron haber matado a un comandante del Talibán responsable del secuestro en julio de 23 misioneros surcoreanos, aunque el grupo islámico lo negó.
También murieron otros 27 insurgentes, dijeron funcionarios, y tres policías fallecieron en otros atentados suicidas.
El comandante del Talibán, llamado mulá Matín, se encontraba en un grupo de 16 milicianos muertos en combates el lunes por la tarde y el martes en la mañana en la provincia de Ghazni, donde los surcoreanos fueron secuestrados y posteriormente liberados la semana pasada -salvo cuatro de ellos-, dijo Kazim Alayar, vicegobernador de la provincia. Dos rehenes varones fueron asesinados y dos mujeres fueron puestas en libertad el mes pasado.
El Talibán accedió a liberar a los rehenes durante conversaciones directas con representantes del gobierno surcoreano. Muchos consideraron que Seúl le estaba dando legitimidad política al movimiento insurgente en momentos en que se incrementa la violencia en el país.
Corea del Sur se vio obligada a reiterar públicamente un compromiso para retirar a sus 200 soldados de territorio afgano a fin de año y a prometer que impedirá que los misioneros cristianos viajen a Afganistán.
Ha habido varios operativos militares en Ghazni desde que los rehenes fueron liberados, lo cual probablemente refleja un deseo del gobierno central de hacer valer su autoridad en la región rebelde después de los secuestros.
Alayar indicó que Matín desempeñó un papel crucial en la toma de rehenes, incluyendo las negociaciones telefónicas con el gobierno en los primeros días del cautiverio. Dijo que otro líder Talibán buscado por los secuestros, el mulá Abdulá Jan, continúa prófugo.
El portavoz talibán Qari Yusef Ahmadi reconoció que siete insurgentes murieron en los enfrentamientos, pero ninguno de ellos tenía un cargo directivo. Dijo que el Talibán no tiene un comandante llamado mulá Matín, e indicó desconocer a quién se refería el gobierno.
En el pasado, las autoridades afganas han anunciado la muerte de comandantes talibanes locales, pero dichos informes han resultado falsos. Los portavoces del Talibán también han minimizado o mentido sobre la cantidad de sus muertos en el campo de batalla.
Horas antes, la coalición encabezada por Estados Unidos emitió un comunicado donde dijo que sus tropas, junto con fuerzas afganas, mataron a "varios" milicianos durante la noche en la misma parte de Ghazni donde Alayer dijo que fueron muertos Matín y los otros 15.
El comunicado no mencionó a Matín y se desconoce si se refería al mismo combate.
Los atentados suicidas se produjeron el martes en el poblado de Kunduz, en el norte de Afganistán, y el lunes en Paktika, una provincia fronteriza con Pakistán en la cual abundan los milicianos.
Los agentes en Kunduz habían estado siguiendo a un vehículo sospechoso antes de dirigirse al conductor cuando se acercaba a la estación de autobuses del pueblo, dijo el subjefe de policía Mohamed Omar Khail. Cuando abrían las puertas, el chofer hizo detonar sus explosivos, matando a dos oficiales y dejando a otros cinco heridos, señaló.
En el ataque en Paktika, un dinamitero suicida estrelló su vehículo contra un auto de la policía. Mató a un agente y dejó lesionados a otros dos, dijo Ghamia Khan, portavoz del gobernador de Paktika.
Los atentados suicidas se han vuelto más frecuentes en la guerra del Talibán contra el gobierno afgano apoyado por Occidente. Funcionarios afganos dicen que muchos atacantes son milicianos extranjeros, en su mayoría procedentes de Pakistán.