MONTEVIDEO.- Unos 30 militares permanecen bajo arresto mientras se investiga el robo de armas en una importante unidad de la fuerza aérea uruguaya, las que pueden haber sido trasladadas a Brasil para ser usadas por la delincuencia.
El jefe de la aeronáutica, general Enrique Bonelli, calificó el robo de 11 fusiles semiautomáticos Fal y dos subametralladoras FM-K3 como "una traición a la fuerza aérea y a la patria".
Las armas desaparecieron de un depósito de la base Boiso Lanza, cercana a Montevideo, y los ladrones también se llevaron cuatro cargadores con municiones para las subametralladoras.
"Uno o varios militares se prestaron a ese robo", explicó Bonelli, quien descartó cualquier temor porque las armas hayan sido sustraídas con el fin de "desestabilizar" el sistema político.
El comandante admitió que las armas robadas pueden haberse integrado al circuito del contrabando y enviadas al exterior, posiblemente a Brasil.
La fuerza aérea pidió colaboración a otras fuerzas policiales de la región, en especial las brasileñas, dijeron a La República fuentes de la investigación.
Uno de los posibles destinos de las armas robadas pueden ser las favelas de Río de Janeiro, barrios de viviendas empobrecidas que en algunos casos son controlados por narcotraficantes.
El delegado regional para el combate del crimen organizado en Río Grande del Sur, Ildo Gasparetto, afirmó en agosto que existen conexiones entre grupos delictivos de Brasil y Uruguay, y destacó como problema mayor el ingreso a su país de armas y municiones que podrían llegar a través del puerto de Montevideo.
Entrevistado por La República, Gasparetto mostró entonces su "preocupación" por la "falta de controles" en la frontera seca entre ambos países.